Aunque su timidez inicial develaba una incomodidad, en sus ojos se mostraba la bondad de un joven presto a contar su historia con el detalle fiel vivido en cada momento, para compartir desde lo más profundo de su corazón.
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Aunque su timidez inicial develaba una incomodidad, en sus ojos se mostraba la bondad de un joven presto a contar su historia con el detalle fiel vivido en cada momento, para compartir desde lo más profundo de su corazón.
Jonatan Alexis Navarro nació el primer día del mes de julio, veintiocho años atrás; transitando una infancia llena de aprendizajes gracias a que su madre Teófila Cari, hacía de la docencia y del día a día, una enseñanza permanente.
Desde La Quiaca, el instinto materno le dictaba que este pequeño tendría una luz que lo distinguiría en sus actividades. Sin saber el diagnóstico aun, ella fue descubriendo el síndrome de Down de manera paulatina en su niño. Pero esta condición no fue un obstáculo que interfiriera en el amor, ni en el afecto más noble de una familia que lo contiene desde siempre. "Lo presentía pero no lo notaba, estaba en mí hacer que sea un niño como cualquier otro y así creció", dijo Teófila Cari, orgullosa de un hijo que le brinda las más lindas satisfacciones.
Las risas y las miradas cómplices delataban su vínculo preciado en medio de la entrevista y "Joni" tomó la palabra sobre cómo fue su infancia, estimulada desde que tiene uso de razón en su hogar y por los profesores de la asociación "Todos Juntos".
"Me enseñaron a hablar mejor, a tener los movimientos y a aprender", dijo Navarro, enamorado de la danza que supo mirar, entender y practicar cuando observaba a su madre en el ballet de folclore. "Bailar es todo para mí, es una alegría", confesó encendido en las ganas por contar cómo este descubrimiento le abrió el camino hacia nuevas experiencias relacionadas al arte. "Lo envié a 'Sol y Arte' porque le gustaba bailar tanto, que se destacó enseguida", reveló Cari.
En efecto, se vería ese especial hincapié en expresar sus emociones durante las coreografías, una manera propicia para comprender su pasión naciente. Con la mixtura de sensibilidad y entusiasmo por cumplir el anhelo de ser un bailarín oficial, integra tres ballets de tradición argentina; "Adultos Mayores", "Flor de Lapacho" y "Ecos de Luz", gracias a los que conoció un sinfín de escenarios. Por lo que lleva en su alma el cariño y los aplausos de los espectadores de todo el país, ya que su danza fue reconocida en los festivales las provincias, logrando distinciones que hoy lo hacen sonrojar.
Siempre activo y atento a las actividades, desde 2016, encontró en el empleo, la fuerza para sostenerse e incentivar su autonomía personal. Es que desde 2016, "Joni" cumple con labores específicas en un organismo reconocido: el Concejo Deliberante capitalino.
"Trabajo en el área de personal de Recursos Humanos, aprendí a manejar los legajos y archivar, foliar, trabajo con códigos y fotocopias. Tengo mi oficina donde veo los diarios y los separo. El Concejo Deliberante es mi familia", afirmó emocionado, agradeciendo especialmente a Herminia Flores, que considera su guía y una persona especial en su vida.
A las 5 de la mañana de cada día, él se despierta para entrar a las 7. Y luego de cumplir con su desempeño, se prepara para disfrutar en familia de los momentos más preciados en su hogar de Almirante Brown.
"Me gusta acomodar las cosas de mi pieza, arreglar y planchar mi uniforme", dijo, mientras le sonreía a la mujer que lo incentiva a seguir adelante. Impulsado por la felicidad que significa bailar, cumplió un sueño muy preciado once años atrás, cuando sus ojos contemplaron el Vaticano, bajo cielo romano. Y es que con la convocatoria de "Memo" Vilte a bailarines con diferentes discapacidades, regaló la zamba "Hechizo de amor" en una coreografía para no olvidar. "Fui a Buenos Aires y en avión a Italia, fue emoción conocer al papa Francisco", afirmó este soñador que tiene innumerables trajes entre los que destacan; los gauchescos, de tango y de saya.
Conocer el mundo laboral le abrió las puertas a compartir con diferentes personas, así como es el universo del arte en danza a través del cual abraza con amor la disciplina que es parte suya hasta la fibra más íntima. "Me hace feliz verlo crecer, su avance de la escuela 415 "CGT" desde primero a cuarto grado y luego en la escuela 335 "Naciones Unidas". Hizo en "Verbum Dei" pero no se sentía cómodo. En "Ecos de Luz" del 'profe' Carlos Burgos empezó con las presentaciones", recordó Teófila Cari quien lo dio a luz después de los 45 años.
"Me aconsejaron no volver a La Quiaca y así lo hice por mi hijito. Hoy doy gracias a Dios por lo buena persona que es, respetuoso y organizado", explicó feliz de ser madre de "Joni", querido por su familia, por sus amigos, por bailarines y compañeros de trabajo. "Conocer a la gente me da emoción", reveló el joven sencillo que compartió su tiempo y su vida.