Este fin de semana se realizará el cierre del Año Santo en la Diócesis de Jujuy, con una celebración especial en el Santuario de Río Blanco que tendrá como eje el Jubileo de los Pesebres, en el marco del tiempo de Navidad. Así lo confirmó el padre Germán Macagno, quien brindó detalles a nuestro diario sobre las actividades previstas y el significado de este acontecimiento.
“El próximo Año Santo será dentro de 25 años, por eso queríamos cerrarlo de una manera especial, en familia, y qué mejor que hacerlo con los pesebres”, expresó. La propuesta convoca a todas las familias que deseen participar llevando su pesebre, para compartir una jornada de fe y celebración.
El cronograma comenzará el domingo a las 10 de la mañana, con la concentración en el Monumento a la Virgen. Desde allí, los fieles ingresarán por la Puerta Santa y a las 11 participarán de la misa, que será presidida por el Obispo. Finalizada la celebración, los niños podrán acercarse al pesebre del santuario para adorar al Niño Jesús y recibir pequeños obsequios.
Durante todo el año, Río Blanco fue el epicentro del Año Santo en la provincia, debido a que la Catedral no contó con Puerta Santa por las obras que se están realizando. “Ha sido un año muy intenso y muy lindo, con muchas peregrinaciones y una gran participación de la comunidad”, destacó Macagno.
En ese marco, el padre también señaló los avances en infraestructura del santuario. Destacando la finalización de dos dormitorios destinados a retiros espirituales y se iniciarán próximamente las obras para la construcción de cuatro aulas de catequesis, que permitirán mejorar los espacios de formación pastoral.
De cara a las celebraciones de fin de año, recordó que el 1 de enero se conmemora la solemnidad de María Madre de Dios y la Jornada Mundial de la Paz, una de las fechas más importantes del calendario mariano. Las misas se celebrarán el 31 de diciembre a las 20.30 y el 1 de enero a las 19.30, en el santuario.
Finalmente, el padre Macagno dejó un mensaje para la comunidad al cierre del año: “En Navidad, los cristianos miramos a Jesús, que es el centro de nuestra fe. Solo con un corazón humilde podemos descubrir el misterio del Niño de Belén”.
También anticipó que el 2026 estará dedicado a los jóvenes y las vocaciones, una orientación pastoral ya anunciada por el obispo. “Ojalá muchos jóvenes puedan encontrarse con Cristo y animarse a entregar su vida al Señor”, concluyó.