En los años 80's, su intuición fue una sabia guía que le abrió los caminos desde su Córdoba natal hasta Jujuy. Su vocación de alma ejercida desde el corazón, la hizo ver una realidad más allá de la medicina y comenzó a descubrir la esencia de las personas de una manera muy especial. Con la decisión de iniciar un rumbo diferente, realizó feliz su función como profesional de la medicina con la motivación de que, a partir de su experiencia, resaltara la conexión con la gente. "Trabajé en hospitales jujeños, en el 'San Roque', por ejemplo, donde veía cómo moría la gente por alcoholismo o por enfermedades que podían prevenirse, pero hacía falta más información", detalló Carlota Bonzano, una mujer que llegó a tierra jujeña con una importante misión social.
Más de cuarenta años avalan su trayectoria que la hizo conocer a los jujeños en infinidad de circunstancias. Y transitó situaciones por las que logró reflexionar, aprendiendo lecciones de vida. "Aquí en Jujuy, descubrí que me gusta conocer con quién estoy, con quién estoy compartiendo. Viví en San Cayetano muchos años y comprendí cómo trabajar en comunidad sin sentirme lejana", explicó la médica que compartió años difíciles y complejos pero también con satisfacciones y logros. A partir del año 2001, cuando la crisis fue terrible para todos a nivel nacional, Bonzano eligió residir en tierra jujeña pero comprometida con la causa de ser solidaria con las personas que precisaban ayuda de todo tipo, en tiempos de caos social ante la inestabilidad económica.
Cambió de hogar y, ya en el barrio Mariano Moreno, fue activista para proponer un cambio y a través de la ayuda comunitaria y la labor cooperativa, organizando actividades en favor de los vecinos. "Recuerdo que en ese tiempo, hacíamos lotas y, a fin de mes, decidíamos a quién ayudar. Era un trabajo de todos, también el que hacíamos para embellecer la plaza principal del barrio junto a las kermeses", reveló.
Fue en una de aquellas reuniones con vecinalistas que se dispuso un buzón de sugerencias y entonces se abrió la posibilidad de mejorar las condiciones de los niños y adolescentes que, en ese momento, se veían desamparados. Entonces, a través de un grupo inicial se formó el proyecto "El fosforito", pero no prosperó. Enseguida, algunos integrantes preocupados por el futuro de las nuevas generaciones, se ocuparon y pusieron manos a la obra para accionar. Una de las personas prestas a trabajar era Carlota Bonzano.
Con su espíritu activista y altruista, encontró en la guardería "El arca de Noé" una oportunidad para brindar a los niños una nueva posibilidad con vistas a un futuro prometedor. "Primero, fue un espacio de juegos destinado a los chicos que en ese momento estaban sin incentivo. Había un contexto social que no ayudaba y, desde nuestro lugar, queríamos cambiar esa realidad", indicó la médica que motivó a impulsar la creación de la fundación "El Rescate".
Es en este espacio donde los sueños se forjan con responsabilidad, compromiso y labor constante que, desde el año 2011, se fueron potenciando en las habilidades de las personas del futuro. Allí se abrieron posibilidades a través del dictado de extra clases escolares, así como también de los talleres de ajedrez, guitarra y cocina en República Dominicana, entre Yécora y Bermejo, mientras que el tiempo de juego se disfruta cada viernes con juegos recreativos que incentivan la amistad.
"Somos núcleo y parte de la orquesta 'Música con Alas'. Tenemos setenta y cinco chicos en total", dijo con orgullo, quien hace cinco años impulsó la arborización en las calles del barrio que cuenta con 283 especímenes que florecen cada año, gracias al cuidado de la gente. Así, efectúa una gran labor social, enseñando desde su experiencia que es posible cumplir sueños y compartir tareas en el camino de una vida que considera feliz.