Mientras Chubut logró contener el 80% de sus focos de incendio, la situación volvió a encender alarmas a nivel nacional, desde la Dirección General de Emergencias y Protección Civil de Jujuy recordaron que la temporada de incendios forestales aún no terminó y que la provincia continúa bajo condiciones de riesgo.
Ariel Mamani, titular del área, analizó el panorama local tras un año marcado por incendios de gran magnitud y con una particularidad que encendió todas las alertas, el avance del fuego hacia zonas habitadas, los llamados incendios de interfase.
Aunque hoy la Patagonia concentra la mayor actividad, Jujuy no está exenta. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantiene alertas por riesgo de incendio y, según Mamani, el clima seguirá favoreciendo la aparición de focos entre este mes y el próximo. La combinación de altas temperaturas, humedad cero y viento sigue siendo un factor crítico.
Si bien la superficie afectada por incendios de vegetación superó la del año pasado, para el director hay un dato a tener en cuenta y es que este año hubo mayor daño en viviendas. El fuego llegó hasta zonas pobladas favorecido, principalmente, por la presencia del pasto cubano, una especie invasora que se reproduce velozmente y que, al secarse, se convierte en un combustible perfecto.
"El pasto cubano hoy está pegado a nuestras comunidades. Aunque se limpien los callejones, vuelve a crecer muy rápido. Eso hizo que el fuego se acercara más a la ciudad", explicó al tiempo que comentó que el Ministerio de Ambiente de Jujuy analiza alternativas para su manejo, incluso la posibilidad de utilizarlo como forraje cuando está verde, aunque aún restan definir responsabilidades logísticas.
Responsabilidad de todos
Ariel Mamani remarcó que el 99% de los incendios forestales en Argentina son provocados por el hombre, ya sea por descuido, desinformación o la práctica cultural de quemar residuos o pastizales. "Parece que está en nuestros genes eliminar cosas con fuego. Pero un mínimo foco puede generar un gran incendio. Está en la mano del hombre evitarlo", dijo.
Advirtió también que muchas personas se confían tras una lluvia aislada: "No hay que bajar la guardia. El fuego se propaga igual si no tengo medios para controlarlo", dijo. En este punto insistió en la necesidad de que cada vecino mantenga limpios los terrenos, patios y alrededores de sus viviendas. "Si mi casa está rodeada de yuyos, estoy en riesgo. Y no puedo esperar que otro venga a limpiarlo. La palabra clave es autoprotección", afirmó.
Prevención y evacuación
Además de la prevención, el director general subrayó la importancia de los planes de evacuación, un trabajo que la Dirección viene reforzando con instituciones públicas y privadas. "Aunque hagamos cortafuegos, siempre existe el riesgo. Y llegado el momento, la evacuación puede ser la única opción segura. Cada responsable, director, gerente, encargado, etc, debe conocer qué hacer con su gente", afirmó.
Comentó que esta semana trabajaron con el Gasoducto Atacama para planificar un simulacro ante una eventual rotura, que incluirá la participación de múltiples organismos como el Same, Policía, APS, municipios, Recursos Hídricos, Vialidad, entre otros. "Cuando ocurre una emergencia, todos debemos colaborar. Por eso decimos que 'la Defensa Civil somos todos'. En una urgencia se necesita una máquina, un refugio del municipio, la asistencia sanitaria, el apoyo policial. Nadie puede trabajar aislado", explicó.
El 23 de noviembre se conmemorará el Día de la Defensa Civil, por lo que aprovechó para reforzar el mensaje: la emergencia no termina cuando se apaga el fuego. Después viene la reconstrucción y la rehabilitación. "No podemos quedarnos en lo que pasó, sino pensar en cómo seguir mañana. Y eso exige organización previa, no improvisación", sostuvo.
Con la temporada de incendios aún activa y el antecedente reciente de un año crítico, el llamado del director es claro: la prevención empieza en cada casa, cada cuadra y cada comunidad.