Lejos de las tradiciones arraigadas en otras regiones, este despegue se sustenta en un factor distintivo: la producción de vinos de extrema altura.
Este notable impulso es el resultado de la visión y el esfuerzo de emprendedores locales que, con una notable audacia y dedicación, se abocaron a la tarea de elaborar vinos de alta calidad.
Desafiando las condiciones geográficas, encontrado en valles y quebradas terroir ideal para dar vida a etiquetas que están comenzando a cosechar reconocimiento a nivel nacional e internacional.
La clave radica en la calidad de extrema definida por condiciones ambientales radicales que se traduce en vinos con un color más profundo, taninos elegantes y una acidez vibrante, características que le otorgan frescura y un gran potencial de guarda.
Los proyectos vitivinícolas jujeños no solo están diversificando la economía local, sino que también están poniendo a la provincia en el radar del enoturismo, ofreciendo a los interesados una experiencia única que combina la riqueza cultural de esta tierra multicultural con la degustación de vinos que verdaderamente saben a cielo.
“CIELO ARRIBA”
El dinámico panorama vitivinícola de la Quebrada, expande sus fronteras con proyectos que combinan tradición familiar y visión empresarial.
A tan solo 5 kilómetros de Tilcara, emerge Huichaira Vineyard, una sociedad que ya está marcando la pauta con su enfoque en vinos de extrema altura. Este emprendimiento nace de la unión estratégica de la familia Nieva, conocedora de la tierra y la región, y el grupo Mil Suelos, aportando expertise y una clara orientación hacia la calidad. Juntos, supieron interpretar el particular terroir de Huichaira, caracterizado por sus condiciones climáticas y la altitud que define el carácter de la uva.
El primer gran embajador de este proyecto es su etiqueta insignia, bautizada evocadoramente como “Cielo Arriba” que captura la esencia misma de Huichaira, ofreciendo un blend que combina estructura, complejidad y elegancia.
La composición de “Cielo Arriba” se basa en un predominio del varietal estrella argentino, el malbec (80%), que se complementa con la presencia especiada y tánica del syrah (13%) y la estructura del cabernet franc (7%).
El proceso de elaboración sigue un camino meticuloso que subraya la búsqueda de la armonía. El vino es añejado durante 12 meses en barricas de roble francés de cuarto y quinto uso. El empleo de barricas con usos previos es una decisión clave que permite al vino integrar taninos y notas de madera de manera sutil. Tras este paso, la maduración finaliza con un descanso de un año en botella antes de salir al mercado.
Huichaira Vineyard no solo aporta una nueva etiqueta de alta gama a Jujuy, sino que también consolida el modelo de alianzas estratégicas como motor de crecimiento para la vitivinicultura de la Quebrada.
VINOS DE AUTOR
La revolución vitivinícola jujeña tiene nombres y lugares concretos. Uno de los proyectos más fascinantes se gesta en la histórica Quebrada de Humahuaca con la bodega Yanay.
Llevada adelante con pasión por la familia Meyer, esta iniciativa no solo eleva la calidad de los vinos locales, sino que lo hace literalmente, cultivando sus vides a 2.300 metros de altura sobre el nivel del mar.
Ubicada en un entorno geográfico y cultural inigualable, la finca Yanay es un verdadero laboratorio de varietales de altura. Los Meyer se concentraron en desarrollar un portfolio diverso, aprovechando las condiciones extremas de la Quebrada para obtener uvas de concentración y carácter únicos.
Su apuesta es audaz y amplia. En las parcelas principales de la finca se cultivan las cepas que están dando identidad a la bodega: el emblemático argentino malbec, acompañado por las cepas bordelesas cabernet franc, cabernet sauvignon y petit verdot.
El proyecto no se detiene ahí. En un sector específico de la propiedad, bautizado con el sugestivo nombre de “La Diabla”, se desarrolla un microclima especial que permite la aclimatación de varietales: syrah, mourvèdre y garnacha. Esta selección promete vinos con una personalidad especiada y rústica, reflejo del terroir de piedra y altura.
La diversidad se completa con la incorporación de cepas blancas y tintas que aportan complejidad: marsanne, merlot y viognier.
SABORES DE MAIMARÁ EN TODO EL MUNDO
El escenario productivo de la Quebrada, tiene un desarrollo significativo en la bodega El Bayeh, una iniciativa de la familia Manzur que se erige como un referente con su visión exportadora.
Con asiento en la pintoresca localidad de Maimará, los Manzur lograron instalars sus vinos en el mercado exterior, con presencia confirmada en prestigiosos restaurantes norteamericanos y europeos.
Este éxito subraya el potencial que tienen los terroirs jujeños para competir con las bodegas más consagradas del país.
El corazón del trabajo en El Bayeh reside en su enfoque que se mantiene fiel a un proceso de elaboración altamente cuidado, trabajando artesanalmente sus viñedos. Este compromiso con la calidad se complementa con una filosofía sustentable, buscando un equilibrio con el delicado ecosistema de la Quebrada.
El portfolio de la bodega se estructura en dos líneas distintivas que buscan capturar las diversas expresiones de la región: “Vinos de Pueblos” y “Vinos de Fincas”.
El Bayeh es un puente que lleva la identidad, la cultura y la calidad de los vinos jujeños directamente a las mesas más exigentes del mundo, consolidando a Maimará como un epicentro de la vitivinicultura de altura.