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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Facultad de Humanidades, cuarenta años de su creación

El doctor Fernando Zurueta recordó el proceso de conformación a través de un completo relato histórico.

Miércoles, 18 de septiembre de 2024 01:00
A 40 AÑOS DE SU CREACIÓN | FACULTAD DE HUMANIDADES SOBRE CALLE OTERO N° 262.

Las elecciones en diciembre de 1983 para los argentinos fue recuperar los valores democráticos con un nuevo paradigma y hacer realidad sus sueños postergados, volviendo a ejercer sus derechos ciudadanos que se encontraban suspendidos, viviendo momentos aciagos y de limitación a los principios más elementales que son sus libertades.

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Las elecciones en diciembre de 1983 para los argentinos fue recuperar los valores democráticos con un nuevo paradigma y hacer realidad sus sueños postergados, volviendo a ejercer sus derechos ciudadanos que se encontraban suspendidos, viviendo momentos aciagos y de limitación a los principios más elementales que son sus libertades.

Y la Universidad no era ajena a estos principios porque como organismo autárquico e independiente anhelaba recuperar su ideario de retornar a la educación pública, libre y autónoma.

El Poder Ejecutivo, recientemente elegido por el voto popular, no desconocía lo que pasaba en ellas, y por esa razón entre las primeras medidas tomadas por el presidente Alfonsín fue promulgar la Ley para lograr la normalización de las Casas de Estudios.

Entre tantos temas de importancia por resolver, estaba lograr la autonomía universitaria, apelando a la tradición reformista y modernizadora, logrando volver al gobierno tripartito, al concurso de cátedras, a la revisión de enfoques académicos en las unidades académicas. Se pretendía recuperar el sistema del libre pensamiento, sin ataduras y con la intención que la relación entre docente y estudiante vuelva a imperar con el objetivo principal que funcione como norma la Justicia, fundamentada en la tarea educativa vinculado a la experiencia de la Reforma universitaria de 1918.

El rector normalizador al hacerse cargo dijo que entre sus fines era recuperar el Estado de Derecho en el marco de la Constitución consagrando el derecho del hombre a disentir. La Universidad debía volver a ser el ámbito del estudiante, donde el profesor ayude a pensar y trabajar para organizar el sistema en que los alumnos sean miembros activos del gobierno universitario.

Tomando en cuenta las conversaciones a nivel nacional, el rector normalizador con el aval ministerial y en conversaciones mantenidas en el campo educativo, destacó la necesidad de brindar a los jujeños nuevas carreras de acuerdo a las expectativas reales con la materialización del sector humanístico lo que se lograría con la creación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales tan necesaria en este ámbito. Las carreras existentes resultaban insuficientes para cubrir las expectativas del medio.

El rector normalizador, con otro pensamiento, y convencido de que además era necesario hacer crecer la Universidad postergada, continuó con este fin. Aun cuando la Universidad contaba con presupuesto pobre y recursos por demás escasos, debía lucharse para lograr una mejor calidad en la educación como principio básico de la Universidad argentina.

Docentes comprometidos

Mientras se realizaban conversaciones con todos los claustros, fueron muchos los docentes que se sumaron a este esfuerzo viendo la posibilidad de hacer realidad lo anhelado desde hacía tiempo, como era la creación de la carrera de Antropología. Hubo apoyo incondicional de prestigiosos profesores como el ingeniero Alberto Vigiani, Ana María Postigo de De Bedia, Mirian Altamirano, Flora Guzmán de Tizón y muchos más, quienes se sumaron con el convencimiento que se cristalizaría lo anhelado. Por supuesto, todo debía cumplirse sin olvidar la finalidad primaria que era la regularización universitaria en base a lo dispuesto por la "Ley de Normalización" entendida como la conformación del cogobierno con autoridades electas.

Con estudios previos realizados se inició con la inscripción en la carrera de Antropología en su plan de estudios: Antropología social, Biología y Arqueología; y así, con esta finalidad, se habilitaron los altos del Rectorado para recibir a los postulantes en las carreras a crearse en una futura Facultad de Humanidades.

Se conversó con el embajador argentino en Brasil, Rafael Vázquez, para tomar contacto con las autoridades de la Universidad de Brasilia. El catedrático y prestigioso jujeño Martín Alberto Ibáñez Novión, que se desempeñaba en la citada Universidad, al conocer lo que sucedía en Jujuy, puso todo su esfuerzo para lograr una reunión con el rector Cristóbal Buarque y vicerrector Eduardo Queirox. Los canales de comunicación estaban dados, comprometiendo visitar Jujuy y dar el apoyo necesario para firmar convenios.

Y a través del doctor Alberto Rex González, se firmaría un convenio de mutua cooperación con intercambio de programas e información, con profesores y equipos bilateralmente establecidos.

Al darse la noticia de la creación de una nueva facultad, la inscripción provisoria en la nueva carrera resultó en que la cantidad de interesados excedió las expectativas. El director de la Escuela de Minas, Zacarías Gutiérrez, y la vicedirectora, Laura Gómez Rubio, en nombre de todo el personal, ofrecieron al rector sus instalaciones para que funcione provisoriamente hasta tanto se cuente con un edificio apropiado.

El Gobierno de la Provincia apoyó la idea, ofreciendo lugares en el hospital, mientras que la Comisión de apoyo a la Universidad, diariamente realizaba reuniones con empresarios locales. Estos gestos eran la prueba elocuente de que la creación debía ser una realidad. Llevó meses trabajar en estos proyectos, y con el funcionamiento del Consejo Superior Provisorio que avaló la creación de la Facultad de Humanidades por resolución 03/84 del 11 de julio de 1984 y las gestiones ante el Ministerio de Educación se avanzó en este sentido.

Luego, por resolución 004/84 del 16 de agosto de 1984, se aprobaron los proyectos de creación de las carreras en Antropología y ciclos especiales de Licenciatura en Letras e Historia y Profesorado de Inglés en base a los proyectos de creación de Asesoría Pedagógica con la asistencia técnica de la Dirección de Asuntos Universitarios del Ministerio de Educación y Justicia de la Nación y la colaboración de Graduados en Antropología e Instituto Interdisciplinario Tilcara (UBA).

Meta conseguida

Finalmente se logró el fin perseguido. Lo enunciado en el mensaje del rector normalizador al hacerse cargo de la creación de la Facultad y a los nueve meses de asumir su cargo, informaba que el Gobierno Nacional con la firma del ministro de Educación de la Nación, Carlos Alconada Aramburu, mediante Resolución nacional Nº 2032 del 14 de septiembre de 1984, en base la propuesta de la Universidad Nacional de Jujuy, "dispone la creación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales como unidad académica responsable de las actividades de docencia, investigación y extensión en ese campo, fijando como títulos a las carreras de Profesorado y de Licenciatura en Ciencias de la Educación y como al igual la carrera de Bibliotecario".

En igual fecha, por resolución 2034, se sumaban las carreras de Licenciatura en Antropología y ciclos especiales de Licenciatura en Letras y Licenciatura en Historia, avalando la aprobación de los proyectos de creación de dichas carreras mediante Resolución del Consejo Superior Provisorio 004/04 que se hiciera el 16 de agosto de 1984.

Un espacio propio

Luego, se tomó conocimiento que el edificio donde funcionaba Correos en calle Otero se desocuparía.

El interventor de Correos, Ignacio Ortiz, dio su palabra comprometiéndose a dictar una resolución a los fines de que inmediatamente se trasladase el Distrito 17 de Encotel a su nuevo edificio, y "sea ocupado con carácter precario y a título gratuito por la Universidad Nacional de Jujuy" por resolución de Encotel con el número 2.186 del 16 de octubre de 1985. La aceptación de este ofrecimiento se concretó mediante resolución del Rectorado con el N° 525/85 del 30 de octubre de 1985.

La Escuela de Minas

Otros acontecimientos que no estaban presentes, acompañaban a la Unju en su afán de crecimiento. En igual fecha y diferencia en días, el director de la Escuela de Minas Zacarías Gutiérrez y su vicedirectora Laura Gómez Rubio se presentaron en el Rectorado para dar a conocer que se localizó un expediente archivado en que figura una donación de un inmueble ubicado en calle Alvear 843, entre Balcarce y Necochea, donde funcionaba la Escuela Provincial de Comercio.

Todo tenía un por qué y en este caso, la donación se hizo debido a que históricamente la Escuela de Minas funcionaba en un edificio precario que se encontraba en ruinas. Se pensó que con la donación se solucionaría el problema a sus alumnos. Los antecedentes quedaron guardados, porque al tiempo se construyó el edificio donde funciona actualmente. Por este motivo, el expediente quedó en el archivo sin trámite. Esto trajo un vuelco importante para la incorporación de bienes a la Universidad Nacional de Jujuy y es justo reconocer que fue merced al trabajo de las autoridades de la Escuela de Minas y el apoyo irrestricto que dio el Consejo Superior para encarar acciones para que el Gobierno de la Provincia entregue el bien. Ya con dos inmuebles se resolvió que Humanidades ocupe el edificio de Otero mientras que el de Alvear sería asignado a la Facultad de Ciencias Económicas.

Paralelamente en el periodo de normalización se logró constituir el Consejo Superior Provisorio incorporando al Personal no docente mediante resolución 087/85. Mientras, se avanzó en la regularización en las cátedras y en más del 60%, se fueron cubriendo por concurso para satisfacción de los docentes.

Fernando Zurueta es abogado y mágister en derecho empresario. Director de Asuntos Legales de la Unju.

 

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