El protagonismo de la tecnología en la sociedad, y especialmente en el mundo del trabajo, se incrementará en los próximos años, generando nuevos desafíos y oportunidades. Según ONU Mujeres, para 2050, el 75% de los trabajos estará relacionado con áreas STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
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El protagonismo de la tecnología en la sociedad, y especialmente en el mundo del trabajo, se incrementará en los próximos años, generando nuevos desafíos y oportunidades. Según ONU Mujeres, para 2050, el 75% de los trabajos estará relacionado con áreas STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Sin embargo, hoy, no todas las personas están en las mismas condiciones para adaptarse y ser parte de los cambios que se avecinan. Existen brechas que debemos cerrar y, en particular, habilidades a fomentar y fortalecer para que las mujeres se conviertan en líderes indiscutibles de los sectores clave del futuro del trabajo.
Los desafíos son varios. Por ejemplo, en la actualidad, todavía son pocas las mujeres que optan por carreras vinculadas a la tecnología. De acuerdo con datos del BID, en nuestra región las mujeres representan el 30% de las personas graduadas en carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y el 28% de quienes lo hacen de carreras TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones).
En la Ciudad de Buenos Aires, la información disponible apunta en la misma dirección. Según datos tomados del Sistema de Indicadores de Género, del total de mujeres que egresan de carreras de pregrado y grado de instituciones universitarias con sede en la Ciudad, únicamente el 15,9% lo hace en ciencias básicas y aplicadas.
El alejamiento de las mujeres de estas disciplinas parece ser el resultado de un proceso cultural que inicia en la infancia y que, poco a poco, va erosionando su interés por estas áreas y mermando su autoconfianza. Un estudio realizado en 2017 en la Ciudad por UNESCO, junto a otras organizaciones, arrojó que el 19% de los padres y las madres y el 8% de docentes sostuvo que la baja participación de mujeres en las profesiones STEM se debe a que ellas “tienen más facilidad para otras carreras”.