Las rutas pueden generar impactos negativos significativos sobre las especies y sus poblaciones. Estos estudios resultan claves para generar información cuantitativa y realizar recomendaciones que permitan mitigar estos efectos.
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Las rutas pueden generar impactos negativos significativos sobre las especies y sus poblaciones. Estos estudios resultan claves para generar información cuantitativa y realizar recomendaciones que permitan mitigar estos efectos.
Personal de la Dirección Regional Noroeste de Parques Nacionales y del Parque Nacional Calilegua desarrolla relevamientos de vertebrados atropellados en un tramo de la ruta nacional 34 con el fin de identificar a los grupos o especies de animales que resultan más afectados y determinar temporalmente los períodos con mayores tasas de siniestros.
La ruta 34 en Jujuy atraviesa bosques continuos de Yungas y transición con el Chaco. En muchos casos, y particularmente en áreas de alto valor de conservación, las rutas son generadoras de impactos negativos significativos sobre la fauna, no sólo por el atropellamiento de animales sino también por el aislamiento de poblaciones.
Dos sectores próximos al parque fueron detectados como áreas críticas de atropellamientos de vertebrados. Uno de ellos fragmenta el Corredor Sauzalito, que se ubica entre Caimancito y Yuto y representa la última conexión entre el área protegida y la porción de Yungas meridionales hacia las Serranías de Santa Bárbara. El otro sector comprende las afueras de la ciudad de Libertador General San Martín que atraviesa Fraile Pintado y hasta la localidad de Chalicán.
Frente a esta problemática se implementaron relevamientos sistemáticos entre fines de mayo y principios de este mes, en los que se registraron 123 ejemplares de distintas especies de vertebrados entre ambos sectores de la 34.
Los roedores (56%) y las aves (26%) resultaron los más afectados, mientras que se identificaron mamíferos medianos y grandes como zorro de monte y zorro pampa, hurón mayor y gualacate.
La implementación de este estudio resulta de gran importancia dado que aportará información cuantitativa inédita respecto al impacto de esta ruta y permitirá realizar recomendaciones para mitigar este impacto.
El parque nacional
Debe su nombre a las sierras de Calilegua, en donde está asentado. Es la mayor área de conservación de la ecorregión de las Yungas. Incluye sectores con bosques chaqueños, a 200 msnm, y distintos ambientes selváticos y boscosos hasta alcanzar los pastizales de altura de los cerros.
Árboles como el jacarandá y la tipa son propios de esta región. Una idea de su diversidad lo da el hecho de que se registraron 123 especies de árboles, 77 de helechos, 120 de mamíferos y 350 de aves.
Muchas de las especies presentes se hallan en riesgo de extinción, como la taruca o huemul del norte, el yaguareté y el águila poma. Otras constituyen significativas rarezas, tales como la rana marsupial y el surucuá aurora, ave emparentada con el quetzal centroamericano.
La región en la que se encuentra el Parque fue objeto de la ocupación humana desde tiempos antiguos. Así, por ejemplo, pueden encontrarse cerámicas y otros objetos asociados a los pueblos que conformaron la llamada Tradición San Francisco.