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Enseñanza y lazos de cosmovisión andina en "Sumaj Kawsay"

En la granja educativa, el aprendizaje se da a través de admirar los procesos naturales en plantas y animales.
Martes, 21 de mayo de 2024 01:02
CONEXIÓN NATURAL | LOS NIÑOS COMPRENDEN JUNTOS EL VALOR DE LA TIERRA Y DE LOS ELEMENTOS QUE FORMAN PARTE DE LA NATURALEZA EN SU MÁS PURA EXPRESIÓN.

"Sumaj Kawsay" significa el buen vivir en quechua y se relaciona con el concepto ancestral de existir de una manera real, al natural, sin que el exceso de consumo contamine al ser humano.

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"Sumaj Kawsay" significa el buen vivir en quechua y se relaciona con el concepto ancestral de existir de una manera real, al natural, sin que el exceso de consumo contamine al ser humano.

Se trata de rever la forma de relacionarse de otra manera en los espacios naturales y con el entorno que hace al todo. Es decir, tener una percepción diferente de la vida, en búsqueda de la armonía y no guiarse por lo inmediato y prescindible.

Con este profundo pensamiento se identifica la ideología de la granja educativa "Sumaj Kawsay" perteneciente a la biblioteca "Niños Pájaros" y que fue creada con el propósito de enseñar que se puede aprender a construir en comunidad desde proyectos que autoabastecen en relación equilibrada entre los seres humanos con la Madre Tierra. Bajo los principios de complementariedad y reciprocidad es que se entrelazan las reflexiones que abarca este tipo de espacios compartidos.

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"Desde la granja, la finalidad es educar en un lugar natural", expresó Phaxsi Ramos, quien es docente y coordinadora del espacio.

Hace quince años que la huerta nació para comprender lo notable que es la unión del hombre con la cosmovisión andina a la hora de relacionarse. Ubicada en Alto Comedero, esta propuesta se inició con la siembra y cultivo de habas, choclos, papas, tomates, zapallos y zapallitos.

El proyecto -que en un principio tenía por objetivo retroalimentar la granja con verduras para abastecer a los comedores de la biblioteca- fue creciendo al multiplicar la cosecha. En igual medida, sucedió con los animales, desde lo micro a lo macro, en número y especies, hasta llegar en la actualidad, sesenta corderos, una yegua, pavos, conejos, cobayos y peces.

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Abierta a las personas de todas las edades, la granja educativa tiene la misión de invitar a conocer e interiorizarse sobre el espacio natural que se nutre de la cosmovisión andina, con el propósito de que logren comprender la relación del hombre con la naturaleza gracias a acciones como la siembra y la cosecha; y de una interesante interrelación con la abundancia que se genera desde la Madre Tierra junto a la forma y al trato para con los animales que viven allí. Así, la propuesta de la granja consiste en brindar información sobre la valoración de las creencias. "Hemos tenido colonia de vacaciones, donde los chicos que participaron se fueron contentos, formaron parte de talleres de arcilla, panadería y pintura, todo relacionado a los saberes históricos", comentó.

Al final de la jornada, dejaron lugar para el diálogo, donde interpretaron una canción y escribieron intenciones para entregarlas al abuelo fuego, materializadas en un deseo o en alguna circunstancia que quisieron dejar atrás. "El próximo encuentro esperamos tener más chicos, ya nos hablaron para que sea integral y con otras edades, creemos que será a fin de año", indicó Ramos sobre esta iniciativa que motiva de una manera positiva.

"Al hablar del conejo -que lo hace una de las señoras que trabaja a diario- contó de qué manera es su alimentación y cómo los niños se muestran interesados por tocar y distinguir en cada parte del animal. Hay mucha información de la estructura ósea, de interiorizarse porque es importante que el niño tome contacto con la naturaleza ya que se entusiasman y no se quieren ir", destacó y aseguró que proponen ideas como de colocar collares a las gallinas para distinguirlas por color.

Asimismo, no dejaron de recorrer el circuito de las huertas, donde les llamó la atención que broten zapallitos muy grandes, por lo que les generó curiosidad por conocer más datos sobre el mundo de la granja; visitando la huerta, los corrales y el patio de plantas aromáticas. "Junto a la granja tenemos la biblioteca para no perder el espíritu de la institución que nos nuclea y recibimos libros sobre animales y huerta como donaciones", contó.

Dentro de esta experiencia, existe un espacio dedicado a la lectura y donde los niños proponen y que está abierto a personas de todas las edades para que puedan tener un vínculo más fuerte con la madre tierra. "Se firmó un convenio con la Facultad de Ciencias Agrarias donde vendrán docentes que dictarán charlas, seminarios y talleres de cuidados y producción en la granja; así que estamos contentos", finalizó. Así es como la granja es una posibilidad de aprendizaje para las nuevas generaciones que pueden expresar lo que sienten por la naturaleza, a partir de vivencias y una apreciación más pura.

 

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