El teatro como espacio de reflexión, de compromiso y, sobre todo, de memoria. "Estornina, Pájara de los Confines" es mucho más que una obra escénica; es un grito de justicia y una invitación al debate social, que se estrenó ayer en el teatro "El Pasillo" -José de la Iglesia 1190- y tendrá una segunda función hoy a las 20.30. Protagonizada por Silvia Gallegos y dirigida por Vanesa Vázquez, esta obra aborda de manera visceral y poética los femicidios que marcaron a Jujuy durante un periodo crítico de la pandemia. Con nombres que resuenan en la memoria colectiva, como Cesia Nicol Reinaga, Iara Sabrina Rueda, Roxana Mazala, Gabriela Abigail Cruz y Alejandra Nahir Álvarez, la obra propone una reflexión necesaria sobre el flagelo del feminicidio.
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El teatro como espacio de reflexión, de compromiso y, sobre todo, de memoria. "Estornina, Pájara de los Confines" es mucho más que una obra escénica; es un grito de justicia y una invitación al debate social, que se estrenó ayer en el teatro "El Pasillo" -José de la Iglesia 1190- y tendrá una segunda función hoy a las 20.30. Protagonizada por Silvia Gallegos y dirigida por Vanesa Vázquez, esta obra aborda de manera visceral y poética los femicidios que marcaron a Jujuy durante un periodo crítico de la pandemia. Con nombres que resuenan en la memoria colectiva, como Cesia Nicol Reinaga, Iara Sabrina Rueda, Roxana Mazala, Gabriela Abigail Cruz y Alejandra Nahir Álvarez, la obra propone una reflexión necesaria sobre el flagelo del feminicidio.
Vanesa Vázquez, dramaturga y directora, explicó que la obra nació de una necesidad urgente de expresión y diálogo durante la pandemia. "La obra aborda los femicidios ocurridos en ese período de septiembre a octubre, que denomino la 'primavera femicida'. Fueron cinco casos seguidos que marcaron a nuestra provincia en un tiempo muy corto. Sentí que el teatro debía ser el espacio para contar esta realidad, para conmover e interpelar", expresó en una reciente entrevista en "El Matutino". Vázquez dejó en claro que "el teatro dialoga con la realidad, es una herramienta de expresión por excelencia".
La obra presenta a Estornina, una madre pájara inspirada en la fuerza de Mónica Cunchila, madre de Iara Sabrina Rueda, que se enfrenta a figuras simbólicas como el cazador, el juez y el espantapájaros. Estos personajes representan el poder masculino y las instituciones que, muchas veces, han dejado a las víctimas y sus familias en la soledad de la búsqueda de justicia. "Para mí, la figura de la madre que lucha es un común denominador, pero con una fuerza única que debía ser puesta en escena", explicó Vázquez.
El proceso creativo fue tan arduo como conmovedor. Silvia Gallegos, quien interpreta a Estornina, compartió su experiencia de darle vida a un personaje que demanda una conexión emocional profunda. "Es un texto que te atraviesa. Muchas veces no podía leerlo sin quebrarme. El desafío fue contener la emoción para no abrumar al público, pero sin dejar de transmitir la realidad cruda que vivimos", reveló Gallegos. La actriz, con años de experiencia en las tablas, destacó el peso de dar cuerpo a un personaje que es reflejo de la memoria de tantas mujeres. "Interpretar a Estornina ha sido un compromiso que asumí desde el primer momento en que leí el texto".
La obra, reconocida y premiada en el Primer Concurso de Dramaturgias del NOA, ha contado con el apoyo de instituciones como el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro, lo que permitió materializar el proyecto en escena. "Desde que comenzamos a trabajarla, buscamos apoyo porque sabíamos que esta historia debía contarse. El respaldo que recibimos fue clave para darle forma", señaló Vázquez.
El lenguaje poético y simbólico que caracteriza a "Estornina, Pájara de los Confines" está inspirado en la naturaleza y la cultura andina. Los estorninos, aves que vuelan en conjunto para protegerse de los depredadores, se convierten en una metáfora del poder de la unión y la resistencia. La obra transita por la poesía, las rimas y una atmósfera polifónica que invita al espectador a vivir la experiencia desde el pasado y el presente. "La obra interpela no solo a las mujeres, sino también a los hombres y las instituciones. Mostramos un reflejo de cómo, como sociedad, hemos fallado, pero también cómo podemos accionar para cambiarlo", explicó la directora.