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El día que un caniche cayó de un piso 13 y ocasionó tres muertes

Hace 36 años, en la esquina de Av. Rivadavia y Morelos, el 21 de octubre de 1988, Cachy se precipitó al vacío. El animal impactó contra la cabeza de una mujer que estaba en la vereda. Pero hubo dos muertes más.

Martes, 22 de octubre de 2024 12:35

Aquel 21 de octubre de 1988 era una mañana como cualquier otra en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Todo transcurría con total normalidad, hasta que “Cachy” un perrito de raza caniche, se cayó del balcón del departamento donde vivía, ubicado en el piso 13 de un edificio. La caída del animal generó una serie de eventos desafortunados, todo derivó en la muerte de tres personas. 

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Aquel 21 de octubre de 1988 era una mañana como cualquier otra en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Todo transcurría con total normalidad, hasta que “Cachy” un perrito de raza caniche, se cayó del balcón del departamento donde vivía, ubicado en el piso 13 de un edificio. La caída del animal generó una serie de eventos desafortunados, todo derivó en la muerte de tres personas. 

Cachy era la mascota de la familia Montoya, que habitaba en un edificio ubicado en Rivadavia al 6100, en el barrio de Caballito, corazón de la ciudad de Buenos Aires. Vivían en el piso 13 y este fue un factor fundamental para el desenlace de los hechos que ocurrieron ese viernes 21 de octubre.

Ese día, el tráfico y el tránsito de transeúntes en la zona era elevado. Este fue otro ingrediente importante para esta historia. El perrito corrió un trágico destino: se arrojó al vacío y cayó más de una decena de metros. Y, aunque un caniche parece un animal de porte pequeño, por la fuerza y velocidad con la caída Cachy dejó de ser un perrito de unos pocos kilos. Es que el can impactó como un objeto contundente contra la cabeza de una vecina del barrio que se encontraba en la vereda, justo debajo del balcón de la familia Montoya.

Tras el impacto, la muerte de la mujer fue inminente. Ese viernes dos muertes más se desencadenaron a partir de la caída de Cachy.

Diario Clarín, 21 de octubre de 1988

Los detalles de ese trágico día de 1988
El edificio estaba ubicado en una zona muy transitada de la Ciudad de Buenos Aires. Por eso, cuando Cachy se precipitó al vacío, era muy probable que hubiera alguien pasando por la vereda. Y así fue. Se trató de Marta Fortunata Espina, una vecina del barrio, de 75 años, que había salido a hacer las compras en los negocios de cercanía.

La muerte de la mujer fue inmediata, los vecinos de Caballito entraron en shock, era difícil comprender lo que estaba sucediendo. El informe forense determinó que se debió al aplastamiento de las vértebras que produjo el impacto del caniche en caída libre sobre la cabeza de la mujer.

Ambos cuerpos, el de la mujer y el del caniche, desplomados en el suelo, causaron una gran impresión en la gente que circulaba por la zona. Este fue el caso de Edith Sola, de 47 años, quien cruzó la calle corriendo para intentar socorrer a Marta, la mujer que sufrió el impacto de la caída de Cachy. Desafortunadamente, un colectivo de la línea 55 arrolló a Edith en un instante, y la arrastró por varios metros. Segunda fatalidad del día.

Según las crónicas de la época, todo estaba dispuesto para el desastre: había dos semáforos que no funcionaban, uno en la esquina donde está ubicado el edificio, y otro en la calle siguiente. Esto puede haber sido uno de los factores que desencadenó el trágico final de Edith Sola, quien fue atropellada por un colectivo mientras intentaba socorrer a Marta Fortunata.

Como si esto fuera poco, hubo una tercera muerte aquel día. En un primer momento, el tercer episodio falta no fue narrado por la prensa de la época, pero poco después se conoció que un hombre no identificado sufrió un paro cardíaco al ver los escabrosos hecho. Si bien una ambulancia llegó al lugar, el hombre falleció camino al hospital.

La insólita noticia se convirtió en tapa de varios de los medios de comunicación de la época. Aunque ya pasaron 36 años del increíble suceso, la historia de Cachy, el caniche cuya caída del piso 13 culminó con tres muertes, sigue siendo recordada.


 

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