27 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

“El feminismo siempre fue mi norte”

La popular y talentosísima actriz argentina, versátil y comprometida, llega por primera vez a Jujuy, para presentar el unipersonal “Matate, amor”, obra que se estrenó en 2018. Realizará dos únicas funciones en La Campana Teatral (espacio que reabre sus puertas con ella), en la ciudad de Tilcara los días 2 y 3 de agosto. Antes de su llegada, habló con El Tribuno de Jujuy
Sabado, 13 de julio de 2024 01:04

¿Este es uno de los trabajos que especialmente va con tu ser de actriz y de mujer?

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

¿Este es uno de los trabajos que especialmente va con tu ser de actriz y de mujer?

Sí, está muy en concordancia con lo que quiero comunicar en este momento, con lo que me gusta que se exprese de mí en el mundo, y además, siento que es parte de un movimiento que viene desde hace un tiempo ya que tomamos nosotras, y las chicas más jóvenes, que es el feminismo.

Es una obra con humor y sarcasmo sobre una misma. Siento que palpita en el espíritu de este tiempo.

Así que bueno, estoy muy contenta de ir a Tilcara, a esta girita del norte, porque también nos vamos a Tucumán.

Es un placer muy grande poder llevar esto que siento muy mío, pero por otro lado sé que la gente se siente muy cerca de lo que se dice, a pesar de que también a veces es incómodo, pero como tiene mucho humor, es alucinante lo que pasa.

¿A Jujuy ya habías venido con algún trabajo?

No. Cuando estuve fue veraneando, no por trabajo. No conozco el teatro La Campana, pero tengo muchas ganas, porque me han hablado de este espacio tan alucinante.

Estas muy plantada en esta militancia feminista, acompañando la labor artística y laboral. Has dejado trabajos por esta causa, has hablado con la prensa diciendo exactamente lo que pensás, etc. ¿Cómo se lleva esa bandera comprometiéndola con el trabajo?

Al ser una actriz popular, siento un gran compromiso porque hay muchas personas que ven mi trabajo, a las que les interesa lo que pienso, lo que opino. El feminismo siempre fue para mí el norte como mujer en este mundo, ya naciendo con una especie de diferencia muy grande donde todo se hace más difícil, solo por el hecho de nacer mujer o construirse mujeres, porque también lo viven las mujeres trans y otras disidencias -aunque no me gusta mucho esa palabra-. En esa diatriba de tener que vivir en un mundo que no está construido para una, y al ser actriz popular, llevo lo que pienso porque sé que en el escenario es trasparente todo. Quiero hacer reír con un contenido que sea de benevolencia para la gente que vive en el mundo y para los animales, porque además soy feminista no especista. También tengo esa conciencia sobre los animales. Todo se conjuga en mi cuerpo, en mi voz, en mi forma de pensar el mundo, que es una forma de muchísimo cariño para con la gente y los animales, con el territorio.

Siempre, con mucho humor porque no concibo el mundo, no concibo los problemas ni las formas de comunicación, sin el humor. Yo siempre fui así. Quizás la gente no me conocía tanto hasta el 2016, después del primer Ni Una Menos, porque fue una revolución real, algo muy fuerte que nos pasó y que se expandió a todo el mundo.

Yo le hablo a la gente de a pie, no a los empresarios o la gente de poder porque estos últimos ni me escuchan. La gente común es la que me sigue porque padece lo mismo que yo. No es lo mismo ser feminista y te echen por serlo, que es lo que me pasó, sin tener la exposición que yo tengo. Esa exposición para mí es un espacio de militancia.

¿Cómo se refleja esto en la obra?

En la maternidad que estoy llevando en esta obra, "Matate, amor", que es totalmente disfuncional a lo que se dice que somos como mamá, esa construcción cultural que armaron de la mamá feliz, limpia, pulcra, además bella. Todo eso de destruye en la obra, y empieza a aparecer otra mamá, que es la que somos, la que por momentos tiene ganas de matar y que, por supuesto no lo hace, la que en algún momento tiene ese pensamiento tan cósmico que es eso que te ata a un bebé, a un hijo, para siempre, y eso es tan enorme, que es imposible a veces en un corazón y poder explicarlo.

Son cosas que cuando nos pasan sin saber que a otras les pasa lo mismo, te hacen sentir un monstruo, una bestia...

Claro, y somos todas bestias encerradas, lo aseguro. Encerradas en nuestras casas, creyéndonos que estamos locas y en realidad esto es una forma de salir y de decirnos "esto es así, nosotras lo vivimos de otra manera, no es como dicen las publicidades ni es como dicen que tenemos que ser". Es de otra manera, y ¿se acerca a la locura?... Y sí, porque las mujeres siempre estuvimos señaladas como locas. Esa es una gran vara para saber que estamos haciendo bien las cosas, cuando nos dicen que estamos locas, porque ahí está esto de estar afuera de lo que se quiere de nosotras. Nos quieren sumisas, nos quieren personas que sigamos produciendo empleados, trabajadores, dignos hijos del patriarcado, y más ahora con un trabajo que no está ni reglado, ni pagado, etc., ese trabajo que hacemos dentro de nuestras casas, cuidando nuestros hijes, padres, abuelos, es un trabajo que está invisibilizado. Está bueno empezar a hablarlo y a reírnos de eso también, porque cuando te reís, la risa te acerca, te hace ver que eso tiene algo familiar, y te deja de dar miedo. Eso es lo que busco con esta obra.

Cuando una obra dura tanto en cartelera, es porque sigue provocando cosas...

Además, siempre con localidades agotadas, en todos los lugares adonde fuimos. Es muy alucinante esto porque actualmente los teatros no están yendo muy bien, y que nosotros tengamos lleno siempre, te da la pauta de esa comunicación.

¿La popularidad, en una actriz como vos, que busca contenidos en sus papeles, cómo se capitaliza, teniendo en cuenta que no siempre la popularidad va de la mano con la calidad artística?

Para mí es una responsabilidad esto. Yo nunca elegí ser una actriz popular, amo serlo y que a la gente le haya gustado mi trabajo, que se rían y que me quieran por eso, porque yo sé que hacer reír es un poco quererte. Lo agradezco muchísimo, pero no voy a darles cualquier cosa, voy a pelear para que lo que yo haga tenga la calidad que se merece ese amor. En mí va a ser siempre así, no me importa el dinero tanto como sé que les interesa a los empresarios y a mucha gente del medio.

Me interesa llevar contenidos de calidad a distintas partes del mundo, con alegría, humor y compromiso. Que sepan que lo que están viendo es algo que se pensó, y que podemos charlarlo y pensarlo juntos.

Yo en cada función aprendo algo nuevo, no vengo a contarles una historia cerradita, sino que en realidad se arma una cocina en cada función, con lo que la gente también trae.

Yo no pensé ser una actriz popular, pero a partir de que me pasa esto de tener la suerte de llegar a más gente, siento este compromiso en mi corazón como algo muy importante.

¿Te sentís más cómoda en el teatro que en televisión, cine o salas muy grandes? ¿O es solo la sensación que da?

Son distintos materiales que se pueden hacer en distintos lados. Para llegar a Tilcara, elegí La Campana, y siento que lo puedo hacer ahí, lo mismo que en un teatro grande, o en otro lado, con las mismas ganas, y quizás es otra puesta, porque tengo un equipo que después de trabajar años juntas, armamos todo según el espacio. Nosotros decimos que tenemos una puesta original y una "guerrillera" porque se puede hacer en cualquier lado, en un tinglado, en Berlín la hice en un teatro de madera (anfiteatro), después la hice en un teatro enorme de Mendoza, en el primer teatro argentino de La Plata. Tiene esa elasticidad esta obra.

Viniendo del under, ¿añorás volver ahí?

Me gusta poder mezclar las dos cosas, porque siento que el under también tiene algo de popular, es el lugar del sinsentido, del caos. El under tiene mucha belleza para mí, y hacer esa mezcla siempre me interesó. O sea que en el under soy una actriz popular y en lo popular soy una actriz del under.

Erica Rivas asume la responsabilidad de meterse en un hipnótico unipersonal. “Matate, amor” es una adaptación teatral de la novela de la dramaturga argentina radicada en Francia, Ariana Harwicz.

EN ESCENA | ÉRICA RIVAS EN PLENA PUESTA DE “MATATE, AMOR”.(FOTO: ALEJANDRA LÓPEZ)

Tanto la actriz como la autora trabajaron con otra creadora franco-argentina, Marilú Marini, quien se encarga de la dirección de esta puesta que ya estuvo en varias ciudades argentinas, en España y en Alemania, y sigue en cartelera cada fin de semana en el espacio Dumont 4040 de la ciudad de Buenos Aires, desde 2018. Rivas interpreta a una mujer que acaba de ser madre y está totalmente consternada con la situación. La idealización de la familia y su vida en el contexto donde se encuentra, que atraviesa como un infierno y lo expresa sin tapujos, y deja fluir su conciencia intercalando pensamientos, fantasías, realidades, recuerdos, con enorme crudeza.

LA ACTRIZ JUNTO A LA DIRECTORA, MARILÚ MARINI. (FOTO: SEBASTIÁN FREIRE)

La protagonista es una mujer herida de la que dicen que su femineidad está alterada en su manera de amar, de desear, de romperse el cuerpo, de arrojarse sucia, de tomar un fusil, de no tener piedad con nadie, sobre todo con ella misma.

Con el clima de un thriller campestre, esta mujer-cazador a la que le duele la maternidad, habita una casa con salida al bosque donde vive un ciervo. En Tilcara, “Matate, amor” se podrá ver los días 2 y 3 de agosto, a las 20, en La Campana Teatral, que se reabre con esta propuesta, ubicada en Jujuy 737 de esa ciudad. La venta de estradas se hace por Wathsapp: 388-6866391.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD