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Países Bajos le ganó el oro a la selección Alemania de Gonzalo Peillat en París 2024

El campeón olímpico con Los Leones en Río 2016 no pudo subirse a lo más alto del podio en París 2024.

Jueves, 08 de agosto de 2024 15:51

Se mordió la camiseta, golpeó el palo contra una de sus piernas y masticó bronca. Estuvo cerca de quebrarse. La obra de Gonzalo Peillat quedó inconclusa. Pero una buena parte de los argentinos que sigue el deporte ya lo había juzgado de “traidor”. Le quedó el cartel después de que eliminara a los Leones del torneo olímpico de hockey sobre césped, vestido de negro y con el águila germana en el pecho. En cuartos de final anotó un lacerante gol de córner corto y lo gritó con el alma, haciendo el avioncito.

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Se mordió la camiseta, golpeó el palo contra una de sus piernas y masticó bronca. Estuvo cerca de quebrarse. La obra de Gonzalo Peillat quedó inconclusa. Pero una buena parte de los argentinos que sigue el deporte ya lo había juzgado de “traidor”. Le quedó el cartel después de que eliminara a los Leones del torneo olímpico de hockey sobre césped, vestido de negro y con el águila germana en el pecho. En cuartos de final anotó un lacerante gol de córner corto y lo gritó con el alma, haciendo el avioncito.

El sueño de ser bicampeón olímpico con dos selecciones distintas se le esfumó, se le escapó de sus manos. En la noche del jueves, se tuvo que conformar con la medalla plateada con Alemania, después de perder la final ante Países Bajos 3-1 por penales, en un partido electrizante que había terminado 1-1 en tiempo regular. Transcurrieron ocho años, de aquel chico de cara lozana que festejaba con sus compañeros albicelestes en Río 2016 a este otro, convertido físicamente en un Panzer y en la plenitud de su carrera a sus 31 años. Fue el eje de una novela con claroscuros a lo largo de los Juegos, que obligó a revisar el pasado.

Peillat tuvo intervenciones fragmentadas durante la final, como es costumbre para el lateral izquierdo: entró y salió repetidamente según las órdenes del técnico Henning. A falta de 5 minutos para el final del segundo cuarto llegó la primera ocasión de córner para Alemania, pero él había regresado al banco de suplentes. Y también estaba fuera de la cancha cuando llegó el gol del neerlandés Thierry Brinkman, en el comienzo del último cuarto.

Una vez que reingresó, salvó un impresionante remate sobre la línea del arco y lo festejó como si fuese un gol. Allí pudo haber quedado como el gran héroe. Un envión anímico impresionante para Alemania, que segundos después recolectó un córner. Las imágenes se sucedieron a toda velocidad: Peillat ejecutó de manera fallida y en la jugada posterior empató Thies Prinz. Era el 1-1, solo restaban 56 segundos y los neerlandeses desaprovecharon la última ocasión de córner.

Ya cuando llegó el turno de los penales, Peillat lo sufrió con el resto del grupo, desde detrás de la mitad de cancha. No fue elegido entre los cinco ejecutantes y penó por la falta de efectividad de sus compañeros, que apenas metieron uno. El gran clásico europeo quedó para los naranjas, que reventaron el estadio Yves-du-Manoir. Y el defensor formado en Mitre sintió el impacto de esa derrota como un golpe en el pecho. No pudo volver a bañarse de dorado.

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