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Una nueva vuelta al sol, la chance de construir bienestar

Viernes, 20 de septiembre de 2024 01:02

Hace muy poquito celebré mi sexagésima novena (69) vuelta al sol, y eso me llevó a reflexionar acerca de ésto y lo comparto con ustedes, queridos lectores. Cada año, al completar una nueva vuelta al sol, recibimos la oportunidad de redefinir el rumbo de nuestras vidas. Este ciclo de 365 días es mucho más que un viaje físico alrededor de una estrella; es una invitación a observar nuestro propio recorrido, reflexionar sobre lo aprendido y decidir qué queremos construir para el futuro.

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Hace muy poquito celebré mi sexagésima novena (69) vuelta al sol, y eso me llevó a reflexionar acerca de ésto y lo comparto con ustedes, queridos lectores. Cada año, al completar una nueva vuelta al sol, recibimos la oportunidad de redefinir el rumbo de nuestras vidas. Este ciclo de 365 días es mucho más que un viaje físico alrededor de una estrella; es una invitación a observar nuestro propio recorrido, reflexionar sobre lo aprendido y decidir qué queremos construir para el futuro.

El bienestar, muchas veces, parece un ideal abstracto o un lujo reservado para momentos de calma. Sin embargo, es algo que podemos crear activamente, como una obra de arte que toma forma día a día, a partir de nuestras decisiones, hábitos y actitudes. La pregunta clave es: ¿estamos dispuestos a hacer de este nuevo año una oportunidad para cultivar bienestar? El bienestar no es una meta que se alcance de un día para otro, ni algo que podamos comprar o adquirir instantáneamente. Es, más bien, el resultado de pequeños y consistentes actos de autocuidado, de escuchar nuestro cuerpo, de nutrir nuestras emociones y de dar espacio a nuestra mente para descansar y crear.

La clave está en construirlo desde dentro, en encontrar armonía en nuestras relaciones, tanto con nosotros mismos como con los demás. Al iniciar este nuevo ciclo, podemos comenzar por preguntarnos: ¿Qué me hace sentir pleno? ¿Qué me desconecta de mi esencia y qué me acerca a ella? Estas preguntas, aunque simples, pueden abrir la puerta a una transformación profunda. No se trata de una respuesta inmediata, sino de un proceso continuo de exploración y ajuste, donde cada paso que damos nos acerca un poco más a ese estado de paz interior. Cada día, tenemos la posibilidad de tomar decisiones que influyen en nuestro bienestar. A veces, creemos que para lograr cambios significativos necesitamos hacer movimientos drásticos, pero la realidad es que el verdadero poder reside en los pequeños gestos: una caminata al aire libre, un momento de silencio al despertar, la elección de alimentos que nutran nuestro cuerpo, o la decisión de alejarnos de lo que nos resta energía.

Estas pequeñas acciones, acumuladas a lo largo del tiempo, son las que construyen una base sólida de bienestar. Nos permiten, poco a poco, vivir más presentes y más conectados con nuestras necesidades. En este nuevo ciclo, tenemos la oportunidad de comprometernos con esas decisiones cotidianas que, aunque parezcan insignificantes, son el motor de nuestro bienestar a largo plazo. Al reflexionar sobre una nueva vuelta al sol, también es importante recordar que el bienestar no es un estado estático. Cambiamos con el tiempo, nuestras circunstancias varían, y lo que antes nos brindaba paz tal vez ya no lo haga. Esta realidad puede ser desconcertante, pero también nos abre la puerta a la flexibilidad y la adaptación. Aceptar el cambio como parte de la vida es una de las claves para construir bienestar. En lugar de resistirnos o aferrarnos a lo que ya no nos sirve, podemos aprender a fluir con los ciclos naturales de la existencia, confiando en que cada etapa trae consigo oportunidades de crecimiento y renovación.

Este año, al iniciar una nueva vuelta al sol, podemos comprometernos a soltar lo que ya no necesitamos y a abrazar lo que está por venir, sabiendo que el bienestar es un proceso en constante evolución. Finalmente, construir bienestar es un acto profundo de amor propio. Es reconocer que merecemos vivir de manera plena, en equilibrio y en paz. No es egoísta cuidar de uno mismo; es necesario para poder estar presentes y disponibles para los demás. Cuando nos permitimos estar bien, irradiamos bienestar a quienes nos rodean. Este año, en esta nueva vuelta al sol, los invito a hacer del bienestar una prioridad.

A construirlo, paso a paso, desde sus decisiones más pequeñas hasta sus intenciones más grandes. Recuerden que cada día es una nueva oportunidad para elegir el camino que nos conduce a una vida más plena, más serena y más auténtica. Porque al final, el bienestar no es un destino, sino el viaje mismo. Namasté.

Mariposa Luna Mágica.

 

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