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30 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Espejo

Lunes, 29 de septiembre de 2025 22:53

La noche de la gran tormenta llegué empapada a casa de mi abuela. Encontré la puerta abierta. El perro no me recibió ladrando. Recorrí todos los cuartos de la casa buscándola, linterna en mano. La llamé varias veces a los gritos, pero no obtuve respuesta. La energía se había cortado y, sobre la hornalla de la cocina, hervía una olla grande con agua. Imaginé que la tormenta habría causado el corte de luz, seguro algún rayo espantó al perro, y mi abuela intentó seguirlo. La angustia se intensificó cuando, después de varias horas, seguíamos sin rastros de ellos.

Los bomberos recorrían la zona, buscándolos a lo largo de calles anegadas de lodo y un ventarrón helado que los envolvía. Yo me quedé esperando en la casa por si regresaban. Sentada en la silla mecedora, con la mirada perdida en el espejo enorme que mi abuela tiene en el living, advertí un detalle curioso: el espejo no estaba tapado. Mi abuela suele cubrir todos los espejos de la casa ante un aviso de tormenta. Me puse de pie y me fui acercando lentamente para observarlo. Primero me pareció escuchar algunos alaridos y golpeteos a lo lejos. Me arrimé más y, a medida que lo hacía, esos ruidos se intensificaban. Instintivamente apoyé la oreja en el espejo y, entonces sí, escuché con claridad los ladridos del perro y la voz ahogada de mi abuela.

 

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