Ayer se cumplieron veintisiete meses de la desaparición en Mendoza del jujeño Nataniel Guzmán. Y lamentablemente también veintisiete meses de desidia e inoperancia de la Justicia mendocina.
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Ayer se cumplieron veintisiete meses de la desaparición en Mendoza del jujeño Nataniel Guzmán. Y lamentablemente también veintisiete meses de desidia e inoperancia de la Justicia mendocina.
Silvia Saavedra, madre del joven abogado del que nada se sabe desde el 27 de enero de 2023, volvió a preguntarse qué hacen los funcionarios judiciales y de Ministerio de Seguridad de Mendoza para esclarecer el caso.
"Cómo puede un ser humano desaparecer de un colectivo qué aborda a cuatro cuadras de su casa. Si la querella, es decir mi abogado Pablo Brennam y yo, no seguimos presentando escritos solicitando medidas, a ellos, o sea al fiscal Pirrello y a los supuestos investigadores, no se les cae ni una idea o medida seria que lleve a una resolución para saber qué sucedió con mi hijo. Son ellos quienes cobran sueldos abultados para investigar", dijo Saavedra.
En una entrevista con El Tribuno de Jujuy, mencionó que en estos veintisiete meses de terror al fiscal se le ocurrieron dos hipótesis. La primera era la autoeliminación, lo que carece de sentido, ya que nunca se hallaron restos de Guzmán y entonces hasta el menos favorecido a nivel intelecto sabe que una persona que se quita la vida no puede luego hacer desaparecer su propio cuerpo.
"Desgraciadamente el fiscal Pirello se sentó por un montón de meses en la hipótesis, como él suele decir objetiva, de que era un suicidio. Después tuvo la hipótesis de decir que compraba servicios sexuales. Hicieron allanamientos y muchas cosas que a la luz de los hechos no arrojaron nada positivo, pero si ha dejado mucha tela para cortar y mi preocupación de la mala praxis en dichos allanamientos y de lo que allí haya podido suceder", remarcó.
Nataniel Guzmán (38) abordó el 27 de enero de 2023 un colectivo de la línea 630 interno 72 de la empresa El Plumerillo, hacia Las Heras, en la provincia de Mendoza, y desapareció. A partir de ahí, Silvia Saavedra inició un "derrotero de pedir justicia y deambular, tocando puerta de cuanto funcionario se me cruzara, incluyendo notas y cartas al presidente de la Nación, a ministros, diputados nacionales, a todos, incluyendo a los empleadores de mi hijo que es el Poder Judicial de Mendoza pidiendo por nota que me reciban para que me den una explicación de lo que están haciendo y si están investigando realmente qué es lo que ha pasado con mi hijo".
En los registros de las cámaras de seguridad que pudieron obtenerse se ve a Guzmán, pasadas las 11.30, caminando por la calle 25 de Mayo de la capital mendocina. Tenía puesto un jogging negro, una remera de color morado, zapatillas deportivas y llevaba una mochila negra. En la calle Belgrano, frente al metro tranvía, alrededor de las 11.50 tomó un colectivo de la línea 630 de la empresa El Plumerillo. Ese es el último rastro visible de su recorrido y la última vez que se lo vio con vida.
La justicia mendocina sigue sin poder dar una respuesta a la madre de este joven que necesita y tiene derecho a saber qué sucedió con su hijo que, desafortunadamente, se suma a la lista de desaparecidos en democracia.