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Wanda Nara se refugió en Martín Migueles tras el fallo que benefició a Mauro Icardi

Después de la crisis que vivió al saber que sus hijas pasarán Navidad con el futbolista, la conductora publicó una llamativa postal en su departamento

Viernes, 19 de diciembre de 2025 12:36

La imagen lo dice todo antes de que puedan ordenarse las palabras: en una habitación oscura, solo iluminada por la tenue claridad que entra desde el ventanal, Martín Migueles aparece semidesnudo sobre una cama. El plano, en blanco y negro, atrapa los detalles: su torso sin ropa sobresale de entre las sábanas blancas, el logo de la ropa interior asoma en letras claras, su brazo derecho reposa sobre la sábana arrugada y el izquierdo queda oculto. Aparece dormido o al menos en medio de una calma muda, de costado y con el rostro hacia la ventana.

En el fondo, dominante y reconocible, las luces del estadio Monumental de River Plate dibujan una suerte de horizonte deportivo. Esa misma noche, la banda Airbag ofrecía su show allí, y Wanda Nara condensa el instante en la frase sobria superpuesta en la historia de Instagram: “Airbag y un corazón rojo”. A pesar del blanco y negro, el emoji rojo no pierde su potencia emocional; es un mensaje dirigido, un resplandor de afecto en medio del temporal.

En este caso no se ven relojes ni teléfonos. Todo lo exterior está afuera, ausente. Lo único cierto, en ese instante, es la soledad de la pareja y la promesa no escrita: este espacio es, aunque por unas horas, territorio lejos del ruido.

El trasfondo de la postal esconde el drama: ese mismo día, a pocos kilómetros de esa habitación con vista panorámica, la vida personal de Wanda se vio sacudida por una decisión judicial que cambiaría el curso de sus días y los de sus hijas.

Mientras la empresaria estaba en el canal, vestida ya para otra jornada de grabaciones en MasterChef Celebrity (Telefe), recibió la notificación: el juez a cargo de la causa aceptó el pedido de las abogadas del delantero Mauro Icardi para que pase Navidad con sus hijas, regresando a Turquía el 27 de diciembre para reincorporarse al Galatasaray.

La noticia, difundida por El diario de Mariana (América), no fue un revés menor: “Wanda tenía programa y se enteró de la noticia. Canceló todo. Estaba en el canal y frenó las grabaciones de MasterChef”. El relato es claro, punzante: el impacto fue inmediato, un “ataque de llanto” la venció allí mismo, tras escuchar que las fiestas tendrían otra vez a la justicia como árbitro principal.

Elba Marcovecchio, representante legal de Icardi, había presentado un escrito ante la justicia argentina solicitando que las hijas del futbolista y Wanda —esas niñas que también aparecen silenciadas en las imágenes— permanezcan con él entre el 22 y el 27 de diciembre de 2025, y que al concluir ese plazo regrese a sus compromisos en Turquía. El argumento es simbólico, pero efectivo: la fiesta de Navidad es objeto de disputa, un campo sensible y mediático que ya tuvo otros episodios judiciales y sociales.

 

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