Los misioneros Ad Gentes de la Diócesis de Jujuy en la Amazonía Peruana, José Santos y Paola Vacaflor, siguen acercando la experiencia a través de cartas. En este caso además de comentar lo realizado en noviembre, con el apoyo económico de la feligresía, invitaron a unirse a la distancia al rezo del Rosario Misionero que realizan todos los miércoles en la capilla Señor de los Milagros de Villa Virgen. "Es un espacio orante abierto a todos, de a poco se van sumando", relataron los jujeños respecto a la reunión de las 19 hora de Perú (21 de la Argentina).
A inicios del mes pasado, en la fiesta de Todos los Santos, realizaron un pasacalle con los niños de la Infancia Misionera entregando tarjetitas y compartieron videos de la vida de San Martín de Porres y San Carlo Acutis. Al día siguiente se unieron a la visita al cementerio donde ofrecieron oraciones y la bendición de los nichos. "Aquí también se acostumbra a llevar flores, comida y bebida, según el gusto del difunto, esto nos recordó a Jujuy", relataron.
Además por pedido de algunos adultos y miembros de la base militar de campaña del distrito amazónico los prepararon para recibir la Confirmación.
Para trabajar por los jóvenes, que es una de las prioridades del Vicariato de Puerto Maldonado, iniciaron una convocatoria en torno al deporte y el juego, "con una linda respuesta en la que ellos mismos se van contagiando y compartiendo el deseo de encontrarse para compartir la vida", dijeron José y Paola. Entre los chicos están quienes van pensando en solicitar becas para seguir la universidad, dejando su poblado.
Empezaron un espacio de encuentro en un colegio albergue rural, en Manitinkiari, donde la mayoría proviene de familias machiguengas. Les encanta el fútbol y juegan muy bien.
Mientras que la comunidad de Chancavine (poblado distante a 1.30 horas de trayecto) respondió con entusiasmo a la catequesis para adultos.
El 29 de noviembre -en el inicio del Adviento- concretaron el 3º encuentro de jóvenes de la parroquia, a través de los colegios secundarios, con la activa colaboración de los docente de formación religiosa.
El mes pasado también regresaron a la comunidad de Lurigancho y a Mazoquiato, donde pudieron presentarse ante el jefe de la comunidad para que les permita "continuar un proceso de evangelización que se realizará de una manera muy lenta y cuidadosa".
Agradecieron los mensajes que reciben y señalaron que desde Perú rezan por la Diócesis y los misioneros Siervos del Verbo Divino.