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6 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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Vinculan a sindicalista de SUTEBA con la "casa del horror" de Florencio Varela

Silvia Almazán, secretaria adjunta del gremio docente y cercana a Roberto Baradel, es la propietaria de la vivienda donde asesinaron a Brenda, Morena y Lara.

Lunes, 06 de octubre de 2025 13:02

En un giro impactante para la investigación del triple femicidio de Florencio Varela, se confirmó que la dueña de la llamada "casa del horror" es Silvia Almazán, una alta dirigente sindical del SUTEBA y mano derecha del histórico líder docente Roberto Baradel.

La información fue revelada este lunes por el periodista Eduardo Feinmann en Radio Mitre, quien identificó a Almazán como la propietaria de la vivienda ubicada en el barrio Villa Vatteone, entre las calles Río Jáchal y Chañar. Según se informó, la casa había sido alquilada pocos días antes del brutal crimen de Morena Verdi, Lara Gutiérrez y Brenda del Castillo.

"Es la dueña de la casa donde fue el triple crimen narco de la provincia de Buenos Aires", afirmó Feinmann, quien además sugirió: "Con razón no se habla más del triple crimen narco, porque empieza a rozar a los kukas".

El perfil de la propietaria

Silvia Almazán no es una figura menor. Cumple el rol de secretaria adjunta del SUTEBA, el sindicato docente bonaerense, y es considerada la número dos de Baradel. Antes de este cargo, se desempeñó como secretaria de Cultura y Educación del gremio y fue directora del Instituto para el Desarrollo Económico y Social Stella Maldonado, bajo la órbita de la CTA.

Nuevos detalles de la investigación

En otro de los avances de la causa, se supo que la madre de una de las jóvenes encontrada limpiando la casa con lavandina para eliminar manchas de sangre es Fabiana Guerrero, actual directora de Gestión Curricular de la provincia de Buenos Aires.

Además, la investigación avanza con las declaraciones de los detenidos. La semana pasada, Ariel Giménez (29) se presentó ante la Policía Bonaerense y admitió haber cavado el pozo donde luego fueron hallados los cuerpos de las víctimas. En su testimonio, Giménez declaró que fue contactado por una pareja para alquilar un equipo de música para una "fiesta" en la vivienda la misma noche de la desaparición de las tres chicas.

Aseguró que ignoraba por completo lo que sucedería en el lugar: "Esa noche me contactaron para alquilar un parlante y darles una mano. No sabía lo que estaba sucediendo en la casa". Relató que recibió $30.000 y drogas como pago, y que luego regresó a su hogar.

El caso continúa abierto, a la espera de que la Justicia determine las responsabilidades penales de cada uno de los involucrados en este crimen que conmocionó al país.

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