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25 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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¿Qué me vendés?

Sabado, 25 de octubre de 2025 00:05

Mañana votamos, y en todos estos meses, casi no se escucharon verdaderos motivos que nos hagan creer verdaderamente, que quien “dejó todo”, para ponerse al servicio de la política (ese arte que en teoría existe para trabajar por el bien común), tiene no sólo buenas intenciones sino propuestas concretas para lograrlo.

Hace un largo tiempo que quienes se proponen ser candidatos y pretenden ser votados para ganar su lugar en cargos de poder y decisión, se han olvidado (deliberadamente) ya no sólo de lo que deberían pensar y hacer para ser autoridades, y de los talentos que deberían tener para poder trabajar en ello, sino que incluso se han “olvidado” de disimular (o no les interesa) que no lo saben y que no tienen intención de saberlo.

Las motivaciones para ejercer cargos públicos y llegar a bancas legislativas, son cada vez más personales, y se nota, en lo que dicen y en cómo cambian sus vidas después de conseguirlo.

Las campañas de este año y las anteriores estuvieron llenas de “votame a mí para sacarlo a aquel” (mezquindad descarada); o “si no me votas a mí, se viene la debacle” (amenaza ignorante); o “vamos a estar con el pueblo” (y hace veinte años prometieron que iban a rotar, y siguen siendo los mismos). ¿No deberían ser otros los motivos por el que un votante decida? ¿Que la gente común tenga la posibilidad de tener en claro qué van a hacer para poner la crucecita con certeza?

Y pasan las elecciones y los beneficios siguen yendo para un solo mínimo lado.

Nadie propuso por ejemplo que los legisladores nacionales se bajen (y digo “se” porque lo deciden ellos, ningún otro trabajador del país tiene la posibilidad de ponerse el precio) el 50 % mínimamente de sus salarios (que hace mucho tiempo no son por productividad, sino que son un blef descarado, de gente que discute temas de un modo payasesco y violento en un recinto televisado y no les da vergüenza). Con la mitad (que ya es mucho más de lo que perciben todos los trabajadores argentinos), ya sería bien pagado lo que hacen, porque además no tienen gastos, se hacen pagar hasta el agua que toman y asesores a rolete por cada uno. Eso no pasa en otros trabajos. ¿Quién les puso esa coronita?

Es un insentido común, pretender votos, de nuevo para muchos que nunca más tuvieron otros trabajos que no sea la política (no se van más), o para un nuevo que se animó a entrar en el negocio, porque no le queda otra para poder crecer económicamente. Es caro el precio, porque claramente nadie que se pare en un palco, tiene el aprecio popular genuino y completo. Siempre los de acá vamos a estar sospechando, apostando al vacío, y en la incertidumbre, que, de un tiempo a esta parte, siempre se vio sorprendida para mal. Siempre.

Volvamos a tener sentido común...

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