En la finca Río Negro de El Chalicán, el Gobierno de Jujuy lanzó ayer el "Programa de Desarrollo de las Cuencas de Frutas Tropicales de Yungas y Valles Templados - Etapa I: Maracuyá", con el que se busca promover el cultivo y comercialización de frutas tropicales en la región. Lo dio a conocer el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, planteándolo como una oportunidad de crecimiento económico y diversificación agrícola con maracuyá por su ciclo corto, condiciones climáticas aptas, ofreciendo plantines a bajo costo o gratuitos.
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En la finca Río Negro de El Chalicán, el Gobierno de Jujuy lanzó ayer el "Programa de Desarrollo de las Cuencas de Frutas Tropicales de Yungas y Valles Templados - Etapa I: Maracuyá", con el que se busca promover el cultivo y comercialización de frutas tropicales en la región. Lo dio a conocer el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, planteándolo como una oportunidad de crecimiento económico y diversificación agrícola con maracuyá por su ciclo corto, condiciones climáticas aptas, ofreciendo plantines a bajo costo o gratuitos.
La presentación contó con la participación de intendentes de municipios vecinos y representantes de áreas productivas, quienes fueron invitados a adherirse al programa. "Es un proyecto que hemos trabajado por mucho tiempo y tiene el potencial de convertir a Jujuy en un referente de frutas tropicales de alta calidad", afirmó el ministro de Desarrollo Económico y Producción, Juan Carlos Abud Robles, quien destacó el interés creciente por productos como el maracuyá, la pitaya, el mango y la palta, cuyo valor en el mercado continúa en ascenso.
El programa, que podría entrar en vigencia en 2025, ofrecerá plantines de maracuyá gratuitos a productores de hasta tres hectáreas y al 50% del precio para quienes dispongan de extensiones mayores. Y se prevé líneas de financiamiento, ya que tendrán que invertir desde $6 millones, asistencia técnica para acompañar, la promoción de la comercialización y agregado de valor.
"Hay otras formas de producir y que se puede ser referente en productos tropicales como ya lo es Jujuy con el tomate", afirmó Abud Robles, quien destacó la importancia de fomentar toda la cadena de valor, desde la producción hasta el envasado y la distribución, para generar ingresos en las economías locales.
La secretaria de Desarrollo Productivo, Patricia Ríos, explicó que la provincia cuenta con condiciones agroclimáticas favorables para el cultivo de maracuyá. Actualmente, Jujuy posee unas 10 hectáreas (has) dedicadas a este fruto, distribuidas entre unos 12 a 13 productores. Con el nuevo programa de fomento, se espera incrementar la superficie cultivada y atraer a nuevos interesados.
El programa también prevé incluir otros cultivos tropicales como el mango, la papaya y la acerola, aprovechando las condiciones de temperatura, humedad y régimen de precipitaciones de las Yungas, y para diversificar y reducir la dependencia del monocultivo.
La integración de la producción de frutas tropicales en la economía regional es uno de los objetivos del programa. Plantearon que se detectaron cultivos que podrían posicionarse en mercados premium, que permitiría a los productores jujeños competir en mercados de alto valor tanto a nivel nacional como internacional, apoyados por infraestructuras como cámaras de frío, para exportación rápida y eficiente.
Ríos enfatizó la importancia de trabajar junto a instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), que aportan conocimientos técnicos esenciales para el éxito del programa. "Es una labor en conjunto donde no solo está el Ministerio, sino los municipios, el Inta y el Inti, que acompañarán a los productores en aspectos como la sanidad y el agregado de valor", dijo.
María Emilia Deiana, directora de Producción, detalló los ejes estructurales del programa que incluyen tanto la producción primaria como el valor agregado y la gobernanza. El primer eje, destinado al fomento de la producción, incluye actividades de diseño y difusión del programa, así como un relevamiento de los productores interesados. Posteriormente, se ofrecerán líneas de crédito y se pondrán a disposición fondos de garantía y espacios de colaboración público-privada para fortalecer la comercialización.
El segundo componente busca dar valor agregado a la producción local. Se plantean convenios con empresas y cooperativas interesadas en procesar el maracuyá para convertirlo en jugos, pulpas y otros derivados. Mencionó la experiencia de la cooperativa Pampa Dulce, que procesa maracuyá en diversas formas como jugo y pulpa pasteurizada. Según cifras del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Jujuy movió cerca de 67,000 kilos de maracuyá en 2023, lo que evidencia una demanda en crecimiento.
El componente de gobernanza asegura la cooperación entre los distintos actores locales e institucionales, desde municipios hasta productores. Prevé formalizar a los agricultores en su registro en el Renspa y el régimen de monotributo, para facilitar el acceso a beneficios financieros.
Finca Río Negro mostró avances
Ricardo Vargas, administrador de la Finca Río Negro, explicó que el cultivo experimental de maracuyá ya muestra resultados alentadores en cinco años. "Ya tuvimos muy buenos resultados, y ahora lo que se está viendo es la renovación de plantas para mantener el nivel de rendimiento que estamos alcanzando, entre tres y cuatro toneladas por ha", explicó. Usan riego por goteo para garantizar la cantidad adecuada de agua que requiere, de hasta 1.500 milímetros anuales.
Dijo que el maracuyá tiene un ciclo que permite cosechar al año de la plantación, "y desde febrero hasta mayo tenemos una producción constante", afirmó. Cada planta sembrada a una distancia óptima para recibir suficiente luz solar, puede cargarse de frutos en alta densidad, lo que permite manejar el rendimiento por hectárea de acuerdo con el espacio y las necesidades de cada productor. Aunque se hicieron prácticas agroecológicas, dijo que enfrentan durante la temporada de lluvias plagas como el "gusanito", que puede dañar las plantas rápidamente, por lo que tratan de controlar las mismas con la menor cantidad de productos químicos posible. Vargas tiene en mente procesar la fruta para obtener pulpa envasada, en sachets, para comercializar.
Hay buenas perspectivas
El programa de desarrollo de maracuyá también apunta a generar empleo y arraigo de jóvenes, ya que se busca contribuir al crecimiento económico. "El cultivo de maracuyá es rápido en su producción, si se planta en agosto los primeros frutos pueden cosecharse en febrero o marzo del año siguiente", explicó Deiana. El plan incluye medidas de adaptación al cambio climático, como el uso eficiente del agua, y fomenta prácticas sostenibles en las Yungas, luego de años de sequía.
Para el año 2025 se espera que el programa esté en plena marcha y se hayan incorporado nuevos productores al cultivo de maracuyá. El objetivo a largo plazo es ampliar la superficie dedicada a frutas tropicales en Jujuy y fortalecer la colaboración con la provincia de Salta, que ya cuenta con un desarrollo avanzado en el cultivo de banana. Entre ambas provincias, existen alrededor de 4.782 hectáreas dedicadas a la producción de frutas tropicales, con un mercado potencial en crecimiento.
Además en Jujuy se probaron cultivos experimentales que dieron buen rendimiento, con lo cual la provincia ya tiene una experiencia positiva, y además aseguró que el rendimiento va de 5 a 10 toneladas (tn) por hectárea (ha) con un promedio de 7.5 y es un cultivo que necesita una renovación a los 3 años según los actores claves entrevistados. Las perspectivas son alentadoras, dado el interés por los productos de origen tropical.
