Hay magia en el "shaking" -batido- cada vez que la coctelera se mueve al unir colores, perfumes y sabores que se convierten en un pasaje hacia una experiencia única, como vuelo destinado a la sorpresa.
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Hay magia en el "shaking" -batido- cada vez que la coctelera se mueve al unir colores, perfumes y sabores que se convierten en un pasaje hacia una experiencia única, como vuelo destinado a la sorpresa.
Es que luego del movimiento, nacen tragos y cocteles a través del barman o bartender que promueve su accionar desde la creatividad y la habilidad que lo distinguen a la hora de desempeñarse en la tarea. Y cada copa o vaso, revela lo que su saber entiende por noble, con la propuesta indicada para compartir con las personas que se maravillan ante el producto terminado, observando en la transparencia aquel néctar que se proyecta desde tonos vibrantes y conllevan al asombro, dando lugar a la sonrisa.
Es así que la originalidad y la inventiva son apuestas fuertes que se precisan para mantener esa maestría en las acciones, junto a los secretos de las mezclas combinadas con menta, yerba buena o romero.
"Ser bantender me genera muchas satisfacciones, uno pone la atención y las ganas en crear los tragos; pero lo más lindo es que se socializa con la gente", expresó Eduardo David Ortega, quien hace de su labor en la barra una acción que despierta ideas en la mente por cada pedido.
Entablar lazos con las personas es uno de los caminos por los que transita el especialista en coctelería. Es que la presentación visual y narrativa de cada trago o coctail narra un origen, detrás de cada bebida.
Así es como el concepto de bartender le provocó admiración desde que tuvo dieciocho años. En aquél momento fue cautivado por la experiencia al descubrir el mundo de la coctelería.
"Me encantaba ver a los barmans trabajar y los observaba, por ejemplo, en el hotel Altos de la Viña, veía sus creaciones. Siempre me interesó", comentó Ortega sobre este saber con el que se especializó en Buenos Aires.
Al ser una actividad que busca sorprender en todos los sentidos, insta a maravillas las miradas y el olfato. "Me genera muchas emociones cuando preparo un trago, porque siento que me esmero para dar lo mejor y combino los sabores de acuerdo al ánimo que puedo ver en los clientes", expresó Ortega, que le tocó efectuar esta labor en una amplia variedad de sensaciones, incluida servir tragos en copas o vasos inusuales hasta aplicar decoración donde los detalles -por más pequeños que sean- cuentan para hacer de su trabajo una performance inolvidable. "Mayormente se preparan daikiris, martinis o mojitos. Todo con un fondo refrescante y suave o fuerte, según me lo pidan especialmente", destacó.
Lo que distingue al surgimiento de propuestas que sorprenden, es la fusión de lo contemporáneo y libre que puede llegar a ser el producto final como la elección de cada ingrediente. "Es lindo ver cómo se va haciendo el trago, uno es el creador y es una elección sin reglas", explicó.
En las bebidas deliciosas y en el contar historias a través de cada sorbo, se basan los especialistas de estas composiciones que buscan la motivación en las emociones humanas.
"Desde que comencé a hacerlo, me sentí muy bien. Me hace bien porque sociabilizo con muchas personas y trato de llevar una sonrisa al terminar mi trabajo", aseguró Ortega, para quien se trata de una interesante aventura sensorial. "Nosotros como bartenders trabajamos con todo con la medida de onzas. Tengo una carta propia de bebidas y el paso a paso a seguir. Tenemos que estar atentos a cómo interactúan los sabores en el paladar y cómo los aromas afectan la percepción de todo", indicó Ortega que logra perfeccionar sus cocteles de autor hasta lograr el equilibrio de sensaciones.
"Intento que la persona que lo deguste, lo disfrute. Hay diferentes combinaciones de ingredientes", explicó. Es que explorar en ese juego con las nuevas técnicas de preparación, aporta a la creatividad del bartender donde se conjuga -en la medida justa- la imaginación, la habilidad manual y la capacidad de asombro para llegar a deslumbrar los sentidos de quienes los descubren.