El coronavirus nos ha obligado a cambiar nuestras costumbres, ha puesto límites a nuestras libertades, se ha adueñado del mundo pero no ha podido contra nuestros proyectos. Hemos llegado a un nivel de expresar las emociones a traves de una aplicación, donde los estados de ánimo se dibujan con un emoticón y hasta que uno aprende a descifrarlos todos, la vida ya ha pasado y nos damos cuenta a destiempo.
También la forma de hacer música ha cambiado, sin ensayos juntos sino por Zoom.
A través de las redes sociales se nos ha puesto en contacto al pianista y compositor boliviano Daniel Alvarez Veizaga que vive en Karlsruhe, Alemania y a mi, tenor jujeño en Colonia. Coincidimos en un concierto en Zoom, que originalmente tenía que tener lugar en el Palacio Real de La Granja, España y donde yo iba a cantar canciones de concierto con el profesor John Sloboda.
Adaptamos el concierto a un nuevo formato y propusimos hacer un análisis del mismo online, con un éxito inesperado. Los participantes escuchaban desde sus casas y escribían su opinión. Y uno de los participantes era Daniel. Él nació en Oruro (Bolivia). Se formó en La Paz (Bolivia), Buenos Aires (Argentina) y Karlsruhe (Alemania).
Fue invitado como solista por la Orquesta Sinfónica de El Alto y por la Orquesta Sinfónica de Bolivia. En Buenos Aires ganó el concurso "Festival de Pianistas" (2014). Fue becado por la Daad y la Sociedad "Lions-Club Bruchsal Schloss" para realizar sus estudios de Máster en Alemania.
Daniel nos cuenta de sus orígenes:
¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que querías ser pianista?
En un principio me apoyaron con la idea de estudiar música, pero cuando se fue poniendo serio el asunto me aconsejaron estudiar otra carrera paralelamente. Por esa razón estudié algunos años de Matemática, puesto que había ganado premios en las Olimpíadas de Matemática a nivel nacional y Cono Sur.
Tengo una hermana y tuve un hermano menor a quién dediqué "Variaciones y Fuga sobre un Tema".
¿Por qué estudiaste en Buenos Aires?
En Bolivia estudié con las maestras Sarah Ismael y Grace Rodríguez quienes incentivaron la idea de realizar estudios en otros países debido al nivel deficiente en Bolivia.
¿Cómo fue tu experiencia allí?
Me sentí como un hombre sediento llegando a un oasis, pude reafirmar mis conocimientos teóricos, conocer bibliografía especializada, aprender de maestros increíbles, como Aldo Antognazzi y compartir un entorno muy creativo.
¿Qué te inspira para componer?
Normalmente la inspiración proviene de todas partes. Es decir, ideas, filosofía, literatura o simplemente algún recuerdo. Debido al tiempo que he estado fuera de mi país natal, la nostalgia es un hilo que me ata a la música y las costumbres de Bolivia, especialmente del altiplano.
En la próxima entrega sabremos sobre las composiciones actuales de Daniel y también sobre sus proyectos para con los jóvenes músicos.
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