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Laberintos Humanos: Visible nostalgia

Miércoles, 11 de noviembre de 2020 01:03

Yo no sé si la serie de Pierro y Solón fue famosa en su momento. Competía con cantidad que por aquel entonces se filmaban en Estados Unidos, en Argentina sólo se producía División Homicidios y nada en Jujuy, pese a lo cual nunca había escuchado hablar de esta, nuestra como el maíz. Pese a lo que podía esperarse, las enciclopedias virtuales daban alguna información: el guionista fue un periodista del rubro policial que aseguraba haber conocido a los protagonistas, y la actriz que interpretaba a Blanca supo ser una modelo de aquellas pasarelas provincianas de hace medio siglo.

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Yo no sé si la serie de Pierro y Solón fue famosa en su momento. Competía con cantidad que por aquel entonces se filmaban en Estados Unidos, en Argentina sólo se producía División Homicidios y nada en Jujuy, pese a lo cual nunca había escuchado hablar de esta, nuestra como el maíz. Pese a lo que podía esperarse, las enciclopedias virtuales daban alguna información: el guionista fue un periodista del rubro policial que aseguraba haber conocido a los protagonistas, y la actriz que interpretaba a Blanca supo ser una modelo de aquellas pasarelas provincianas de hace medio siglo.

Aurelia, Solón y yo hicimos cada cual la cuenta mentalmente, y a ninguno le dio menos de setenta años. Se llamaba Estefanía Vilte y el comisario Pierropronto nos dijo que le aseguraban que vivía en Ciudad de Nievas y seguía siendo bonita. Lo dijo con visible nostalgia. Nadie lo decía, pero ya en la imaginación del comisario como en la mía había germinado la idea de ir a verla. Con su perspicacia habitual, antes que dijéramos nada Solón aseguró que era una crueldad: a la gente hay que respetarle la vejez.

¿Acaso piensan ir para recordarle el tiempo que pasó? Aurelia estaba de su lado y Blanca, por primera vez desde que la conozco, se mostró celosa, seguramente por la belleza de aquella Estafanía Vilte que la encarnara en la pantalla. Pierro no iba a poner el riesgo su apreciada paz matrimonial así que sólo me restaba ir solo. Quien me acompañó a buscar un remís fue Blanca, y lo menciono porque viene al caso. Lo entenderán al leerlo mañana.

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