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Adviento en el mundo

Miércoles, 12 de diciembre de 2018 11:46

Nuestro querido lector sabrá que el mes de diciembre trae consigo los sonidos y los colores de la Navidad. Una época llena de alegría y esperanza. Esperanza en el hemisferio norte, esperanza de la primavera que llegará un día no muy lejano cargado de luz. Recordemos que en el hemisferio norte diciembre es en invierno y los días son mucho más cortos que en verano y las noches son largas. En el Polo Norte la luz dura como máximo una hora, si es que se puede llamar luz pero en la época estival el sol no se pone ni siquiera a medianoche.

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Nuestro querido lector sabrá que el mes de diciembre trae consigo los sonidos y los colores de la Navidad. Una época llena de alegría y esperanza. Esperanza en el hemisferio norte, esperanza de la primavera que llegará un día no muy lejano cargado de luz. Recordemos que en el hemisferio norte diciembre es en invierno y los días son mucho más cortos que en verano y las noches son largas. En el Polo Norte la luz dura como máximo una hora, si es que se puede llamar luz pero en la época estival el sol no se pone ni siquiera a medianoche.

 En cambio, en América del Sur nos pilla la Navidad en medio del calor y la alegría veraniega. Reuniones de amigos, familia, comida (no tan) ligera por las altas temperaturas y la vida que transcurre en las calles.

 Pero a ambos lados del Ecuador la llegada de Jesús al mundo se celebra en gran medida. Es como si el mundo entero cumpliera años: decoraciones en las vidrieras y escaparates, árboles de navidad naturales en Europa (abetos de los bosques) y de plástico o tuyas naturales a falta de abetos que decoran con los adornos una parte de la casa, donde recibimos a los amigos y familia.

 También el pesebre o belén, como se lo llama en España es una parte muy importante dentro de la tradición cristiana. Así, grandes pesebres se preparan en las iglesias alemanas, donde siguen a la perfección los días y las fiestas. Es así que nunca veremos un pesebre completo hasta el día 24 de diciembre. En estos días se puede ver a un San José durmiendo o a la Virgen concibiendo por el espíritu santo pero no se ve ningún pesebre armado.

Las figuras de pesebres tienen diferentes orígenes y la leyenda dice que San Francisco de Asís comenzó con esta tradición. A decir verdad, hay diferentes imágenes, unas más bonitas que otras. Los  de la Provenza son famosos por tener ropa de telas y representar campesinos, las figuras de Nápoles, en Italia son de gran calidad y muy apreciadas. También las figuras de madera de Tirol en Austria muestran el arte con que se hacen. En nuestra América, los pesebres cuzqueños son de una belleza incomparable y continúan la tradición de la imaginería religiosa de Andalucía, España, donde los pasos (estatuas representando la Pasión de Jesucristo) de Semana Santa son famosos, como en Jujuy.

 El árbol de Navidad es una tradición alemana, nacida con Lutero y la combinación de las tradiciones germanas y cristianas. Para los nórdicos, el invierno y la falta de luz causa depresión y tristeza. Para aliviar estos sentimientos negativos, se encendían velas dentro de la casa, sobre todo en las ventanas y en la sala. Lutero une esta tradición pagana poniendo velas naturales (!) en el árbol, iluminando la parte principal de la casa y cristianiza esta tradición. Recordemos que los protestantes reniegan de las imágenes de los santos y la Virgen María para ellos, no es importante, centrándose sólo en Jesús como centro de toda vida y a quien se unen en comunicación directa con la oración.

 Como nuestra columna es musical, veremos la música tan diferente que se escucha y se baila en el mundo.

 Es así que en los países nórdicos, la música inspirada en la Reforma Protestante será mucho más meditativa y solemne, iniciándose ya con el primer domingo de Adviento. Se escuchan canciones prenavideñas, desconocidas en el mundo católico de origen mediterráneo. Son canciones de esperanza y meditación. Se cantan en reuniones de amigos, familia y en la calle. Los mercados de Navidad de Alemania y Escandinavia se llenan de músicos, cantantes de coro y grupos de amigos que cantan estos villancicos solemnes.

 Muy diferentes es en cambio en España, donde los villancicos son mucho más alegres y no hacen la diferencia entre Adviento y Navidad. Aquí los instrumentos musicales son menos elaborados que en el norte de Europa y con un pandero, una botella rugosa y una cuchara se cantan en las calles y se bailan los villancicos.

 Algo muy parecido a la Navidad de América del Sur, en especial Bolivia y parte de nuestro norte argentino. Aquí la Nochebuena irrumpe en danzas delante del pesebre y en la calle, los Misachicos, que recuerdan las procesiones españolas con santos que se siguen haciendo en Andalucía y cuyos orígenes se remontan a siglos. Sin embargo, en América Latina la música española se unió con la música indígena y la música africana, en una simbiosis de hermosura, sin precedentes en el mundo. Este mestizaje nos dio en el barroco la forma musical “Negrilla” que es la forma primera de villancico delante del pesebre, para cantar y bailar.

 

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