¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

°
21 de Agosto,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Una "Casa de Luz" para guiar a la niñez por una vida sin adicciones

La asociación "Unidos por la salud" inauguró un espacio en el barrio Alberdi destinado a pequeños de 5 a 12 años.Su objetivo es realizar una tarea preventiva y nutrirlos de valores mediante una merienda, juegos y talleres.
Jueves, 28 de septiembre de 2017 17:16

Recorrer barrios periféricos de la capital jujeña supone el encuentro con las carencias que muchos de ellos poseen. Esas carencias no sólo representan un estado crítico de pobreza, sino que también representan un deterioro moral de las personas que lo padecen. Deterioro que les dificulta progresar y los lleva por un camino sin salida. Ese camino es el de las adicciones.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Recorrer barrios periféricos de la capital jujeña supone el encuentro con las carencias que muchos de ellos poseen. Esas carencias no sólo representan un estado crítico de pobreza, sino que también representan un deterioro moral de las personas que lo padecen. Deterioro que les dificulta progresar y los lleva por un camino sin salida. Ese camino es el de las adicciones.

Particularmente, en los jóvenes hay un flagelo que crece continuamente y que cada vez los golpea más duro. Ese flagelo es la drogadicción, que no sólo afecta a personas con problemas económicos, sino que también afecta a los que no los poseen.

La falta de valores, las malas amistades, los problemas familiares, los golpes de la vida o la pobreza pueden ser algunos de los tantos factores que llevan a adolescentes a consumir sustancias que a la larga lo llevan a caer en una adicción. Algunas de ellas, más peligrosas que otras, provocan que las personas incrementen progresivamente el deseo de consumirlas.

Muchos, sin contar con el apoyo de sus padres, caen y no logran levantarse, convirtiéndose en adictos que hacen cualquier cosa para consumir esa droga. Esa condición los aleja de la familia, de las buenas amistades y del trabajo, y en consecuencia, algunos salen a robar y hasta matan para conseguir eso que tantoanhelan pero que tanto mal les hace.

¿Cuál es la salida a esta problemática? Un trabajo preventivo, intenso y de promoción de la salud a temprana edad puede evitar que muchos de esos niños, que en ocasiones se encuentran desamparados por sus padres o que no los tienen, puedan decirle "no" al que le ofrezca droga. Pero este trabajo, para que sea más completo, debe ser acompañado por la enseñanza de valores. Los valores son la mejor herramienta para encaminar a un niño por una vida de buenos hábitos. Enseñarles a respetar, a ayudar, a ser responsables, a trabajar, a cuidar el medioambiente y a los animales, a no dañar al prójimo y a superarse continuamente, son algunas de las enseñanzas que se deben reforzar continuamente en los más pequeños.

Todas estas ideas fueron plasmadas en la cabeza de un grupo de voluntarios que pertenecen a la asociación "Unidos por la Salud". Ellos quieren combatir esta problemática. Darle pelea porque el futuro son los niños. Considerando que, si sigue aumentando la drogadicción y la falta de valores en los más chicos, también seguirá aumentando la violencia y la delincuencia en nuestra provincia.

Sin que nadie les pague, consiguiendo recursos a pulmón, con mucho sacrificio y voluntad, jóvenes y adultos dieron le dieron el puntapié inicial a un proyecto denominado "Casa de luz: Aprender a Vivir". El espacio está dirigido a niños de 5 a 12 años y está situado en el barrio Alberdi de nuestra capital.

Vanesa Moreno, voluntaria de la asociación, en diálogo con El Tribuno de Jujuy, sostuvo que "uno de los fundamentos principales de esta iniciativa es que todos los niños son sujetos de derechos y se merecen se parte de este proyecto. Merecen tiempo de calidad, y eso lo podemos lograr fortaleciendo vínculos con sus padres. Trataremos de que los padres realicen una reflexión crítica para que puedan contribuir y evitar muchas problemáticas que surgen hoy en día por los descuidos en la infancia".

El 21 de septiembre abrieron sus puertas y no fue una casualidad que, en el día de la primavera, del estudiante y la paz, "Unidos por la Salud" también haya celebrado su cumpleaños número 8. El festejo fue con los vecinos, con los transeúntes, con voluntarios y allegados que participaron de la inauguración del hogar.

El objetivo es encaminar a los pequeños por el camino de los valores y alejarlos de todo aquello que puede hacerles mal, enfocados en la prevención de las adicciones. Las herramientas son: talleres, charlas, juegos recreativos, proyección de películas y mucha voluntad para transmitirles de la mejor manera un mensaje de amor y esperanza. Desde el oficio de cada voluntario intentarán brindar ese mensaje y darles una rica merienda todos los viernes.

Al respecto, Moreno explicó que, "se va a trabajar en la promoción de la salud integral para niños, haciendo hincapié en la prevención de adicciones y promoción de la salud mental".

Continuó diciendo que: "Vamos a actuar desde un abordaje integral donde todos los actores involucrados tengan parte en este proyecto trabajando articuladamente con otras instituciones. La idea es brindar talleres e información para que los niños vayan incorporando algunas conductas a fin de fortalecer factores protectores".

Las actividades se iniciarán a partir de las 17 todos los viernes en la sede de la asociación "Unidos por la Salud" ubicada sobre la calle Alberro al 550.

Cómo ayudar

Los voluntarios tienen proyectado realizar todos los viernes una merienda distinta para ofrecerles a los pequeños que asisten a la institución. 
Para ello piden colaboración de azúcar, leche, cacao, facturas, pan, fiambres, arroz. 
Reciben también todo tipo de mercadería ya que muchas de las familias que asisten viven en un asentamiento cercano al hogar y necesitan de ello. La invitación a colaborar no sólo va dirigida a las donaciones, otra opción para ayudar es mediante la participación. Los que quieran integrarse también tienen las puertas abiertas. La única condición es tener ganas de ayudar y comprometerse en la medida que cada uno pueda. 
Para colaborar con la "Casa de Luz: Aprender a Vivir" el número de contacto es el 388-154847073.

Un día que quedará en la historia

Siempre que surgen iniciativas como estas es motivo para sentir esperanzas. Esperanzas de que todo mejore porque hay gente que quiere cambiar la realidad ayudando al prójimo sin pedir nada a cambio. El anhelo es cumplir sus metas intentando cambiar, por lo menos, el día de ese niño, que quizás tuvo que escuchar gritos de sus padres, o que tuvo que repartirse con sus hermanos el poco almuerzo que tenían. Y también, mejorar el día de aquel pequeño que no sufre carencias económicas pero que no recibe el afecto familiar que necesita todos los días. Los chicos no sólo necesitan una buena alimentación, sino también mucho cariño y buenas enseñanzas. Bajo esa consigna buscan llevar a cabo este proyecto las personas que lo impulsan.
El mismo, encabezado por la asociación "Unidos por la Salud", se gestó mediante una idea que tuvo Susana Cardozo, presidente de la institución. Es, justamente, en su domicilio en donde se encuentra la sede y el que se convirtió en un hogar que recibirá cada viernes a los niños.
Activa, pujante y solidaria, Cardozo de hace años que lucha por los derechos de los pacientes del "Pablo Soria", ahí fue donde nació su labor que con la colaboración de otras personas pudo extenderse mediante la "casa de luz".


Sensibilizada y motivada por una situación familiar que involucra a uno de sus hijos con las adicciones, fue la gestora de esta iniciativa."Lo que me llevó a pensar en esto fue que me tocó en mi propia casa tener a un hijo adicto. Lo tuve que llevar a Entre Ríos para su rehabilitación porque acá no encontramos una salida. Él está mejorando, pero me duele que acá haya muchos adolescentes que se están muriendo por este flagelo", contó Cardozo.
En su primer día, "Aprender a Vivir" tuvo la visita no solo de niños, sino también de madres y jóvenes que se acercaron a disfrutar de una chocolatada, facturas y pebetes que fueron preparados por los voluntarios. 
Muchos de los adolescentes que se arrimaron provenían de la cancha que está situada al frente del hogar. En la misma realizan prácticas de fútbol en el club Alberdi que es un lugar clave para que los jóvenes busquen un refugio y se alejan de todo aquellos que les hace mal.
"Siempre observé que en Jujuy no se trabaja en prevención, la idea es enseñar y educar a los niños sobre el daño que hacen las drogas y puedan vivir una vida feliz. Así, el día que le ofrezcan ellos puedan tomar la decisión de decirles que no", mencionó la voluntaria. El primer día fue el puntapié inicial de un espacio que busca cambiar la realidad de estos pequeños. Ellos quieren sembrar esperanzas para que en el futuro esos mismos niños transiten un camino sostenido por valores y también sientan ese deseo de ayudar al más necesitado. 
Sobre sus expectativas dijo que "queremos llegar a jóvenes adictos que la sociedad tiene marginados, esta es una enfermedad que lleva a la persona a hacer cualquier cosa. Chicos que se recuperaron nos van a ayudar para que los que consumen dejen de hacerlo".

Un ejemplo de lucha y superación

Emanuel Colque es un joven de 30 años que trabaja de forma voluntaria en el hogar "Pequeña Belén". 
Allí, además de realizar tareas de mantenimiento, lleva a cabo otra tarea muy importante en los jóvenes que llegan a la institución con problemas de adicciones. Su historia de vida lo involucró en el pasado con conflictos de esa índole, pero pudo salir y en base a esa experiencia brinda consejos y enseñanzas a los que los necesitan.
Emanuel, a los 14 años empezó a drogarse junto a sus amigos del barrio, situación que lo llevó a tener un roce con la delincuencia y las peleas callejeras. Y no sólo fue eso, esa adicción le trajo problemas familiares y lo alejó del estudio y el trabajo. Su anhelo era cambiar de vida porque sabía que la droga le hacía muy mal.
A los 19 años conoció un lugar especial, que le dio esperanza y una nueva oportunidad. "Una noche fuimos a ver a Gimnasia con mis amigos, el hecho de ir a la cancha era siempre para volver drogado y borracho, esa noche además de estar en ese estado me había agarrado a pelear en varias ocasiones. Al salir del estadio me dirigí a un lugar en donde estaban todos mis amigos para seguir tomando y me encontré con uno de ellos que estaba contándole a los demás sobre un hogar, pero nadie lo escuchaba y se reían. Yo si lo escuché, fue ahí cuando sentí que era el momento de intentar cambiar", contó. 
Ese amigo, lo invitó al hogar Pequeña Belén. A partir de ese momento empezó a visitar la institución y a dejar esos malos hábitos, "acá encontré a una familia, me dieron la contención que yo tanto necesitaba. Yo tenía problemas familiares y eso hizo que me meta en la droga, acá encontré todo lo que anhelaba para estar bien", relató Colque.
Esa satisfacción de volverse a encontrar consigo mismo, de superar todas aquellas dificultades que se le fueron presentando alimentaron muchos de los valores que el joven tenía dormidos. 
Desde ahí que es un colaborador activo en el hogar dando charlas a los jóvenes que llegan con problemas similares al que tuvo él, "cuando me recuperé, traje a muchos chicos de mi barrio que se drogaban como yo, y hoy en día ya no lo hacen más". 
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD