La canciller alemana, Angela Merkel, aceptó ayer varias de las ideas propuestas por su par francés, Emmanuel Macron, para avanzar en la integración de la zona euro, entre ellas un presupuesto común y un ministro de Finanzas, aunque hizo hincapié en que hay que esperar a las elecciones que se celebrarán en septiembre en su país.
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La canciller alemana, Angela Merkel, aceptó ayer varias de las ideas propuestas por su par francés, Emmanuel Macron, para avanzar en la integración de la zona euro, entre ellas un presupuesto común y un ministro de Finanzas, aunque hizo hincapié en que hay que esperar a las elecciones que se celebrarán en septiembre en su país.
Merkel, que presidió con Macron en París un consejo de ministros bilateral, recordó que algunas de las reformas institucionales habrán de ser consultadas con el Parlamento alemán -que se renovará en los comicios del 24 de septiembre-, pero aseguró que tiene una agenda "muy ambiciosa" para la zona euro y "se van a superar nuevas etapas este año".
El flamante presidente galo había definido -en un reportaje publicado horas antes del encuentro- como "disfuncional" la zona euro tal como está constituida hoy, y dijo que requerirá cambios en sus tratados que traigan una mayor convergencia entre los estados miembros.
Entre otras propuestas, Macron lanzó la de un ministerio único de Finanzas en la Eurozona y un presupuesto común.
Sobre la argumentación de Macron de que Alemania se ha beneficiado de las disfunciones en el funcionamiento de la moneda única gracias a las reformas que llevó a cabo hace una quincena de años, y que no se hicieron en Francia, Merkel señaló que está de acuerdo con el mandatario francés de que "debemos estabilizar e integrar más la zona euro".
También aseguró que Alemania tiene "interés en que todos los países de la zona euro sean fuertes" y por eso quiere que las reformas que está poniendo en marcha el nuevo Gobierno francés tengan éxito en toda la región.
Merkel admitió que su país, gracias a unas cuentas saneadas, tiene "márgenes para una mayor inversión" como le reclaman Francia y otros países del sur de Europa para reactivar la economía.
La canciller alemana, acompañada por una decena de ministros, viajó a una París blindada por potentes medidas de seguridad.
El consejo de ministros franco-alemán, del que participaron una decena de miembros de los respectivos gobiernos, sirvió para el lanzamiento formal de la llamada Alianza para el Sahel, (la zona de transición entre el desierto del Sahara y la sabana sudanesa) que pretende combinar la ayuda al desarrollo y la seguridad en los países de la región.