La Fiscalía Federal belga imputó ayer al tunecino identificado como Mohamed R., detenido el jueves en Amberes tras poner en peligro la vida de varios transeúntes al circular a gran velocidad por una calle peatonal, de "tentativa de asesinato con carácter terrorista", aunque los investigadores se muestran aún cautelosos respecto de sus motivaciones.
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La Fiscalía Federal belga imputó ayer al tunecino identificado como Mohamed R., detenido el jueves en Amberes tras poner en peligro la vida de varios transeúntes al circular a gran velocidad por una calle peatonal, de "tentativa de asesinato con carácter terrorista", aunque los investigadores se muestran aún cautelosos respecto de sus motivaciones.
Los militares hallaron en el auto armas blancas, una escopeta antidisturbios y un bidón con “contenido indeterminado”.
El hombre quedó detenido, inculpado por tentativa de asesinato y lesiones de carácter terrorista, así como por "infringir" la legislación de armas, informó hoy la Fiscalía, que no brindó más detalles sobre la indagación en curso.
No obstante, una fuente francesa cercana a la investigación dijo que no creen que el incidente haya tenido fundamentos terroristas y que en realidad el sospechoso no intentaba atropellar a nadie, reportó la agencia de noticias Reuters.
La misma fuente agregó que el sujeto estaba probablemente ebrio e intentaba escapar de un control policial.
Medios locales indicaron incluso que la Policía encontró al individuo dormido en su auto después de perseguirlo a través de las calles de la ciudad flamenca y que su estado de embriaguez no permitió interrogarlo inmediatamente, según reprodujo la agencia de noticias EFE.
La Fiscalía señaló en un comunicado que Mohamed R., de 39 años, es en realidad un ciudadano tunecino residente en Francia, y no un francés como había apuntado ayer en las primeras declaraciones sobre el suceso.
El incidente se produjo el jueves a las 10.45 de la mañana, cuando Mohamed R. condujo a gran velocidad por la principal calle comercial de la ciudad del este de Bélgica, lo que hizo que la gente tuviera que saltar a un lado para no ser atropellada.
Si bien varios peatones estuvieron en peligro, ninguno resultó herido en el boulevard Meir.
Después de que una unidad militar no consiguiera frenar el coche, éste huyó y pasó un semáforo en rojo, hasta que logró frenarlo una unidad de intervención rápida de la Policía de la ciudad.
Según informó la Policía, los militares interceptaron el vehículo y encontraron en el maletero armas blancas, una escopeta antidisturbios y un bidón con "contenido indeterminado", que según la prensa local, contendría nafta.
Tantas informaciones contradictorias llevaron a los medios locales a cuestionar el carácter terrorista del hecho, que tuvo lugar un día después del ataque de Londres y del aniversario de los atentados de Bruselas, causando el pánico general.
El periódico belga De Morgen examinó en un editorial la responsabilidad política del alcalde de la ciudad, Bart De Wever, quien decidió comunicar inmediatamente a la prensa del suceso, contra la opinión de la Fiscalía y antes de esclarecer lo sucedido, lo que explicaría tanta confusión.
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