Los suplentes de Independiente se dieron el gusto de vencer anoche a Racing Club en el "Cilindro" de Avellaneda por uno a cero en el marco de la 10º fecha de la Superliga. Y aunque el dueño de casa intentó por todos los medios empatar, su falta de claridad en los ataques y la gran noche del arquerito Rehak fueron determinantes en el resultado final.
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Los suplentes de Independiente se dieron el gusto de vencer anoche a Racing Club en el "Cilindro" de Avellaneda por uno a cero en el marco de la 10º fecha de la Superliga. Y aunque el dueño de casa intentó por todos los medios empatar, su falta de claridad en los ataques y la gran noche del arquerito Rehak fueron determinantes en el resultado final.
En el primer tiempo, la "academia" se mostró más ambicioso, sobre todo cuando la pelota pasó por los pies del colombiano Ibargen y el siempre peligroso Lautaro Martínez.
El "rojo" juntó mucha gente en el medio y trató de retroceder sin descuidar los espacios. Y si bien no tuvo la pelota, también es cierto que no pasó sobresaltos.
Encima, un error Vittor al tratar de salir jugando derivó en el gol de la visita. Leandro Fernández ganó con el cuerpo la posición, arrancó en velocidad y definió cruzado. La tranquilidad del festejo duró poco porque el árbitro Germán Delfino expulsó correctamente a Moreira por doble amonestación.
En tiempo de descuento, un tiro libre de Fernández obligó a lucirse a Musso bajo los tres palos. Si terminaba en festejo hubiese implicado 100 % de efectividad: dos llegadas, dos goles.
En el inicio del complemento, el equipo de Diego Cocca inclinó la cancha. Con el ingreso de su ídolo, Lisandro López, y un hombre de más, Racing se fue con todo. Triverio estuvo cerca de igualar y luego el arquerito Rehak se encargó de ahogar el grito Solari, Vittor e Igargen.
En el único contragolpe que armó el conjunto de Ariel Holan, Fernández guapeó hasta el fondo y el "Burrito" Martínez se comió el segundo. Su tocayo, Lautaro Martínez, también falló de manera increíble desde el punto del penal. Era la igualdad, pero el destino no quiso.