SAN PEDRO. Con un acto que se realizó anoche en El Sauzal, la comunidad educativa de la escuela primaria N° 92 “Padre Tarcisio Rubín”, recordó la figura del querido misionero, cuyo nombre ostenta con honor, esa casa de estudios ubicada en la localidad azucarera de La Mendieta.
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SAN PEDRO. Con un acto que se realizó anoche en El Sauzal, la comunidad educativa de la escuela primaria N° 92 “Padre Tarcisio Rubín”, recordó la figura del querido misionero, cuyo nombre ostenta con honor, esa casa de estudios ubicada en la localidad azucarera de La Mendieta.
El escenario elegido para el homenaje, fue el jardín externo de la institución que se vio engalanado con fotografías dibujos y máximas del misionero. También las mini carrozas le imprimieron un singular colorido a todo el espacio, que de a poco se fue colmando.
El acto al que asistieron como invitados especiales el intendente de la localidad Ricardo Farfán y el párroco Abel Vitalus, entre otros, contó con la presencia de la directora Mirta Elvira Quispe, docentes, alumnos y padres, además de representantes de instituciones intermedias.
Tras los actos protocolares y de homenaje a la Patria, el padre Abel realizó una invocación religiosa y bendijo los recordatorios. Luego el homenaje al misionero se hizo presente en las pequeñas voces que con gran sentimiento, exaltaron las virtudes, del recordado padre, quien a ejemplo de San Francisco de Asís, tuvo opción por los pobres y necesitados.
La directora Mirta Elvira Quispe, expresó que ya es tradicional en la institución, hacer esta recordación y en ese sentido, acotó que trabajaron en el marco de un proyecto que comenzó el 29 de septiembre y concluyó con este acto central en conmemoración del 34° aniversario de su fallecimiento. “Fueron diferentes actividades que tuvo como protagonistas a todos, desde el Nivel Inicial hasta el Séptimo grado. Nos sentimos orgullosos de que nuestra escuela lleve el nombre de un gran ser humano, que supo enseñarnos el desprendimiento de las cosas materiales y a compartir lo que tenemos con los más necesitados, nos dejó un gran ejemplo de vida y en el día a día tratamos de seguir sus pasos, comenzando desde este lugar que nos toca, que es nuestra querida escuela”, dijo la directora.
Luego se hicieron entrega de reconocimientos y de recordatorios.
Tarcisio el protector de los pobres
Tarcisio Rubín, nació el 6 de mayo de 1929 en el pueblo de Loreggia, provincia de Padua, Italia y ordenado sacerdote, el 21 de marzo de 1953. El 9 de abril de 1974, llegó a la Argentina, sin más equipaje que su devoción a los pobres y el evangelio de amor al Cristo sufriente de la cruz que prodiga misericordia. No tuvo cargo de párroco, vivió su sacerdocio con la libertad de un niño, deambulando dondequiera que se necesite la palabra de Dios. No había iglesia o capilla que él no conociera, puerta de casa parroquial o convento que él no abriera con la silenciosa llave de su mirada, su sonrisa y la luz inagotable de su espíritu misionero. En 1975, Dios guio sus pasos hacia el norte argentino, convivió con la gente pobre y conoció sus miserias como ninguno, durmiendo en el piso húmedo de los galpones, envuelto apenas en un poncho. Murió en Alto Calilegua el 3 de octubre de 1983, sus restos descansan en la capilla del cementerio Cristo Rey de esta ciudad.
La imagen del "padrecito de las sandalias y la barba blanca" perdura aún en el corazón de la gente del ramal, que no dudó en tributarle homenaje con la imposición de su nombre a la escuela Nº 92 de lote El Sauzal en la localidad de La Mendieta y a una calle del lugar, al Centro vocacional y a un Centro parroquial ubicado en el barrio Virgen del Milagro de San Pedro de Jujuy.