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Oración y vida

Martes, 23 de agosto de 2016 01:30

Oración y vida

¡Buen día! Alexis Carrel -célebre médico francés convertido al catolicismosolía repetir que "la oración es la respiración

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Oración y vida

¡Buen día! Alexis Carrel -célebre médico francés convertido al catolicismosolía repetir que "la oración es la respiración

del alma". Sin ella, el alma se encuentra como sofocada por las tensiones, amarguras y sufrimientos de la vida. Con razón, escribía Baugaud: "El hombre que no ora se halla agitado, oprimido, porque ha encerrado, tapado herméticamente en él, los sentimientos que tenían necesidad de expansión". Y Santa Teresa, la de Avila, que de oración conocía bastante, dejó entre sus escritos lo que sigue: "Un alma sin oración es semejante a un pájaro que, privado de sus alas, no puede emprender vuelo ni gozar de libertad; es un árbol medio desarraigado que poco a poco pierde su vigor y se seca; es un navío sin velas ni piloto, expuesto a merced de las olas y tempestades; es un soldado sin armas en el campo de batalla". Pero hay muchas formas de orar: antiguas o modernas, aéreas o comprometidas. Entre estas, hay muchas y buenas. Quisiera reproducir aquí la del padre Alberto Hurtado, sacerdote jesuita chileno que en 1994 fue beatificado por Juan Pablo II y es presentado como un modelo de compromiso sacerdotal en favor de los más pobres: "Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la felicidad. Si me das fuerzas, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame a ver el otro lado de la medalla. No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar como yo. Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a juzgarme como a los demás. Ni me dejes caer en el orgullo del triunfo ni en la desesperación del fracaso. Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo".

Hasta mañana

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