Amor y proyecto
Quisiera presentar hoy un libro pequeño, escrito especialmente para la gente joven: "El amor ¿es una opción?", de
inicia sesión o regístrate.
Amor y proyecto
Quisiera presentar hoy un libro pequeño, escrito especialmente para la gente joven: "El amor ¿es una opción?", de
Valentino Salvoldi. Puede leerse en la contratapa: "Decidirme a ser yo mismo es tener el coraje de nacer: salir de la rutina gris y celebrar que existo. Lejos del bar, de los ruidos del cemento y de la televisión. Y descubrir, en mi silencio, la voz del amor. Un amor cuyas únicas fronteras son la humanidad toda; en especial, los más débiles, los más pobres, los más olvidados.
Tan auténtico es mi amor que no queda en proyectos: se hace trabajo y compañía, diálogo y servicio. Porque esa inmensa capacidad de amar, que me constituye como persona, me vino de fábrica, no es un accesorio. Por eso necesito decidirme a ser yo mismo y amar... en serio".
Lamentablemente, es bastante común que se confunda amor con enamoramiento, y esto lleva con frecuencia a grandes decepciones. Escribe Salvoldi: "La necesidad de vivir como eternos enamorados conduce a una serie de frustraciones que impide madurar y lleva a abandonar a la propia pareja cuando desaparecen las peculiaridades que atrajeron por primera vez las miradas y los cuerpos; peculiaridades comparables a una enfermedad -la enfermedad del amor- que no puede durar toda una vida con esas características.
Para vivir una existencia digna del ser humano es necesario pasar de la necesidad al proyecto de amar. La necesidad es comparable a un hecho biológico; el proyecto, en cambio, es una elección ética de querer hacerse grande, orientando la propia vida a la búsqueda de querer al mayor número posible de personas. Quien no tiene un proyecto
no puede hacer otra cosa que encerrarse en una autocontemplación narcisista. Víctima de esta patología, pasa entre la gente como peso muerto. Su mirada no comunica vida sino que desnuda y roba la dignidad ajena; vuelve impuro
todo aquello que toca, en lugar de contribuir a la evolución de la humanidad la bloquea...".
Escribía Keppler con razón: "El amor es fuente de alegría, pero es preciso que esta fuente sea serena y tranquila y que se eleve desde las regiones de la naturaleza hasta la vida superior de las almas".
¡Hasta mañana!
