Fuerzas de seguridad venezolanas usaron ayer granadas de gas lacrimógeno para impedir que una manifestación organizada por la oposición llegara a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) para exigir que active el referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro.
Las escaramuzas se reportaron en Caracas en momentos en que se multiplican los esfuerzos de los países americanos para abrir un canal de diálogo entre el gobierno y la oposición, con la esperanza de atemperar los ánimos en un país convulsionado, bajo estado de excepción (sitio) y con declarada emergencia económica.
La oposición presiona al CNE para forzarlo a poner fecha al inicio del proceso de validación de las firmas reunidas para impulsar el referendo.
El pasado 2 de mayo, la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) entregó 1,8 millón de firmas, casi diez veces más de lo que la ley exige como primer requisito para activar el referendo. Si esas firmas son validadas, los adversarios de Maduro deberán juntar 4 millones de rúbricas (el 20 por ciento el padrón).
La marcha de ayer fue encabezada por el dirigente Henrique Capriles, quien pretendía llegar delante de las columnas al Consejo Electoral. Pero agentes de la Guardia Nacional y la Policía Nacional le cerraron el paso y arrojaron granadas de gas lacrimógeno para impedir el avance de la manifestación.
Los manifestantes se situaron entonces al borde de una autopista en la zona de Los Charaguanos, donde otra vez fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.
Los reportes de los medios locales de comunicación no incluyen información acerca de heridos o detenidos durante los disturbios.
Capriles dijo que la policía construyó un escenario "de guerra" en las calles, lo que demuestra "el miedo" que le tiene Maduro al referendo.
Las manifestaciones en torno al Consejo Nacional Electoral están prohibidas por un fallo de la justicia, debido a que su sede está situada en una "zona de seguridad".
Por iniciativa de la Unasur, una misión de tres ex presidentes iberoamericanos encabezada por el español José Luis Rodríguez Zapatero procura acercar al gobierno y la oposición de Venezuela para que se abran al diálogo.
La oposición dejó en claro que no habrá diálogo si no se avanza en referendo contra Maduro.
Las escaramuzas se reportaron en Caracas en momentos en que se multiplican los esfuerzos de los países americanos para abrir un canal de diálogo entre el gobierno y la oposición, con la esperanza de atemperar los ánimos en un país convulsionado, bajo estado de excepción (sitio) y con declarada emergencia económica.
La oposición presiona al CNE para forzarlo a poner fecha al inicio del proceso de validación de las firmas reunidas para impulsar el referendo.
El pasado 2 de mayo, la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) entregó 1,8 millón de firmas, casi diez veces más de lo que la ley exige como primer requisito para activar el referendo. Si esas firmas son validadas, los adversarios de Maduro deberán juntar 4 millones de rúbricas (el 20 por ciento el padrón).
La marcha de ayer fue encabezada por el dirigente Henrique Capriles, quien pretendía llegar delante de las columnas al Consejo Electoral. Pero agentes de la Guardia Nacional y la Policía Nacional le cerraron el paso y arrojaron granadas de gas lacrimógeno para impedir el avance de la manifestación.
Los manifestantes se situaron entonces al borde de una autopista en la zona de Los Charaguanos, donde otra vez fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.
Los reportes de los medios locales de comunicación no incluyen información acerca de heridos o detenidos durante los disturbios.
Capriles dijo que la policía construyó un escenario "de guerra" en las calles, lo que demuestra "el miedo" que le tiene Maduro al referendo.
Las manifestaciones en torno al Consejo Nacional Electoral están prohibidas por un fallo de la justicia, debido a que su sede está situada en una "zona de seguridad".
Por iniciativa de la Unasur, una misión de tres ex presidentes iberoamericanos encabezada por el español José Luis Rodríguez Zapatero procura acercar al gobierno y la oposición de Venezuela para que se abran al diálogo.
La oposición dejó en claro que no habrá diálogo si no se avanza en referendo contra Maduro.
Muere una mujer tras recibir disparos en intento de saqueo
Una mujer venezolana murió el lunes tras resultar herida de bala en un intento de saqueo en la ciudad de San Cristóbal, estado de Táchira (oeste), informó su familia, que responsabiliza a la policía por el ataque sucedido la noche del domingo.
"Un policía me la mató. Iban a saquear unos galpones, ella estaba cerca del lugar, pero llegó la policía y empezaron a disparar. Esto es abuso de autoridad", aseguró Larry Mogollón Acevedo, vía telefónica desde San Cristóbal, ubicada a 800 km de Caracas.
La mujer, identificada como Jenny Ortiz, de 42 años, falleció la mañana del lunes en el hospital de San Cristóbal, "a causa de varios impactos de perdigones que recibió en el rostro y la cabeza", confirmó la Fiscalía General.
Los hechos, en los que también resultó herido un niño de 13 años que pasaba por el lugar, ocurrieron la noche del domingo en el Centro Comercial Industrial San Francisco, donde grupos de personas intentaron saquear los depósitos de alimentos.
"Lo de anoche fue un acto delictivo planeado por grupos armados que incluso atacaron a tiros a policías", afirmó el jefe de la policía del Táchira, Amador Torres, en la cuenta de Twitter de la institución.
Torres precisó que ocho mujeres y siete hombres fueron capturados en los "actos vandálicos".
"No se puede decir que estos sujetos buscaban comida cuando se les incautó un TV y equipos de computación", agregó Amador Torres
El secretario de seguridad ciudadana del Estado Táchira, Ramón Cabeza, responsabilizó a miembros de la oposición de organizar y dirigir los "eventos violentos".
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