Fabienne Kalou, acusada de homicidio voluntario con premeditación, comparecerá hasta el viernes ante el tribunal de Saint-Omer (norte) y se expone a cadena perpetua.
La mujer de 39 años se presentó ayer por la mañana en el banquillo de los acusados serena, con el pelo recogido y una blusa blanca.
La madrugada del 20 de noviembre de 2013, unos pescadores encontraron muerta a su hija Adéla‹de, de tan solo 15 meses, en una playa de Berck-sur-Mer.
Según sus declaraciones, Fabienne Kalou llegó de París el día anterior con el objetivo de ahogar al bebé. Tras ver la crecida de la marea, dejó a Adéla‹de dormida en la arena y se marchó pidiéndole perdón.
"Acabé con su vida porque era más fácil así", dijo durante la investigación. "Todo sucedió a la perfección, todo estaba preparado, diríamos que todo fue viento en popa (...) No llegué a decir basta".
Fabienne Kalou no hizo nada para disimular su crimen y fue identificada por cámaras de seguridad y testigos. Diez días después, la Policía la arrestó en el domicilio de su pareja y padre de Adéla‹de, Michel Lafon, a quien Kalou le contó que había dejado al bebé con su madre para que se hiciese cargo de ella en Senegal, su país de origen.
Para explicar su crimen a los investigadores, Kalou alegó problemas de incompatibilidad entre la atención de la niña y su vida de pareja antes de defender que estaba perturbada por alucinaciones.
Durante su corta vida, Adéla‹de no tuvo existencia legal, ya que no fue inscrita en el estado civil.