El premio fue dado a conocer por Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia Sueca, que destacó la versatilidad de Dylan que, además de su vasta producción discográfica, publicó trabajos experimentales como "Tarántula" (1971) y varios libros compilatorios tanto de sus letras como de sus dibujos.
No es la primera vez que Dylan -nacido Robert Allen Zimmerman en 1941- logra un espacio entre los favoritos para este premio. Es que su obra poética, a lo largo de 54 años, excede a la mera canción para adentrarse en terrenos donde la palabra es protagonista, inclusive por sobre la música.
Autor de clásicos como "Blowing In the Wind", "The Times They are A-Changin''", "Like a Rolling Stone", "Mr. Tambourine Man", "Knocking on Heaven''s Door" y "All Along the Watchtower", grabó 37 álbumes .
El galardón de la Academia Sueca se suma a una extensa lista de premios, incluyendo once Grammys, un Oscar y un Golden Globe (ambos en el año 2000 por "Things Have Changed", la canción de la película "Wonder Boys"). Recibió además el Premio Príncipe de Asturias (2007), un Pulitzer Especial (2008), la Medalla Nacional de las Artes (2009) y la Medalla Presidencial a la Libertad (2012), entre otros.
Además de músico y autor, Bob Dylan exploró, a lo largo de su carrera, su veta de artista plástico. En 1994, la editorial Random House publicó "Drawn Blank", un libro con sus dibujos, y en 2007 se realizó en Alemania la primer exposición en una galería de arte de su obra pictórica, con una colección de más de 200 acuarelas. Acompañó a la muestra la publicación del libro "The Drawn Blank Series", con 170 reproducciones de estas obras.
Le siguieron las muestras "The Asian Series" (2011) y "Revisionist Art" (2012) -en la galería Gagosian, sobre la exclusiva Avenida Madison, en New York- "The New Orleans Series" (2013), que se expuso en el Palazzo Reale de Milán, y "Face Value" (2013), en la National Portrair Gallery londinense.
El Nobel de Literatura con el que corona una carrera extensa, causa polémica. A fin de cuentas, aunque no es la primera vez que el premio se otorga a alguien que no es estrictamente un escritor -por ejemplo, Svetlana Aleksiévich, ganadora 2015, es periodista y su obra es de "non fiction"- sí es la primera vez que el que lo recibe es un músico popular cuya obra literaria está, si se quiere, "escondida" en sus canciones y publicada en libros compilatorios de sus letras. El galardón más prestigioso de las letras está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 930.000 dólares) y se entregará en Estocolmo el próximo 10 de diciembre, día en que se conmemora la muerte de Alfred Nobel.
Por primera vez en la historia del Nobel de Literatura, la gente no correrá a las librerías sino a las tiendas de discos. Cuando la secretaria de la Academia Sueca Sara Danius pronunció el nombre, retumbaron todos los cimientos.
Bob Dylan (1941, Duluth, Minnesota), era el eterno aspirante, así como un recurrente chiste entre los más escépticos y, sobre todo, más ortodoxos. ¿Un músico, cuya única obra en prosa fue un fracaso, cosechando el mayor de los premios literarios? Imposible. Pero lo imposible -y vivir a contracorriente- es lo que mejor se le ha dado a este compositor que cambió como nadie el concepto de canción popular en el siglo XX, añadiendo una particular dimensión poética a la música cantada.
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El premio fue dado a conocer por Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia Sueca, que destacó la versatilidad de Dylan que, además de su vasta producción discográfica, publicó trabajos experimentales como "Tarántula" (1971) y varios libros compilatorios tanto de sus letras como de sus dibujos.
No es la primera vez que Dylan -nacido Robert Allen Zimmerman en 1941- logra un espacio entre los favoritos para este premio. Es que su obra poética, a lo largo de 54 años, excede a la mera canción para adentrarse en terrenos donde la palabra es protagonista, inclusive por sobre la música.
Autor de clásicos como "Blowing In the Wind", "The Times They are A-Changin''", "Like a Rolling Stone", "Mr. Tambourine Man", "Knocking on Heaven''s Door" y "All Along the Watchtower", grabó 37 álbumes .
El galardón de la Academia Sueca se suma a una extensa lista de premios, incluyendo once Grammys, un Oscar y un Golden Globe (ambos en el año 2000 por "Things Have Changed", la canción de la película "Wonder Boys"). Recibió además el Premio Príncipe de Asturias (2007), un Pulitzer Especial (2008), la Medalla Nacional de las Artes (2009) y la Medalla Presidencial a la Libertad (2012), entre otros.
Además de músico y autor, Bob Dylan exploró, a lo largo de su carrera, su veta de artista plástico. En 1994, la editorial Random House publicó "Drawn Blank", un libro con sus dibujos, y en 2007 se realizó en Alemania la primer exposición en una galería de arte de su obra pictórica, con una colección de más de 200 acuarelas. Acompañó a la muestra la publicación del libro "The Drawn Blank Series", con 170 reproducciones de estas obras.
Le siguieron las muestras "The Asian Series" (2011) y "Revisionist Art" (2012) -en la galería Gagosian, sobre la exclusiva Avenida Madison, en New York- "The New Orleans Series" (2013), que se expuso en el Palazzo Reale de Milán, y "Face Value" (2013), en la National Portrair Gallery londinense.
El Nobel de Literatura con el que corona una carrera extensa, causa polémica. A fin de cuentas, aunque no es la primera vez que el premio se otorga a alguien que no es estrictamente un escritor -por ejemplo, Svetlana Aleksiévich, ganadora 2015, es periodista y su obra es de "non fiction"- sí es la primera vez que el que lo recibe es un músico popular cuya obra literaria está, si se quiere, "escondida" en sus canciones y publicada en libros compilatorios de sus letras. El galardón más prestigioso de las letras está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 930.000 dólares) y se entregará en Estocolmo el próximo 10 de diciembre, día en que se conmemora la muerte de Alfred Nobel.
Por primera vez en la historia del Nobel de Literatura, la gente no correrá a las librerías sino a las tiendas de discos. Cuando la secretaria de la Academia Sueca Sara Danius pronunció el nombre, retumbaron todos los cimientos.
Bob Dylan (1941, Duluth, Minnesota), era el eterno aspirante, así como un recurrente chiste entre los más escépticos y, sobre todo, más ortodoxos. ¿Un músico, cuya única obra en prosa fue un fracaso, cosechando el mayor de los premios literarios? Imposible. Pero lo imposible -y vivir a contracorriente- es lo que mejor se le ha dado a este compositor que cambió como nadie el concepto de canción popular en el siglo XX, añadiendo una particular dimensión poética a la música cantada.