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Crece el flujo de refugiados

Viernes, 11 de septiembre de 2015 01:30
REFUGIADOS EN ROSZKE / UNA MUJER SIRIA CON SUS HIJOS LLEGAN A LA FRONTERA ENTRE SERBIA Y HUNGRÍA.
La ola de migrantes en Europa seguía creciendo ayer, con un récord de flujo entre Serbia y Hungría, país de la Unión Europea (UE) cuya frontera podría quedar herméticamente cerrada dentro de pocos días por el ejército húngaro.
La política de Hungría, así como la de Dinamarca, que intenta frenar la llegada de nuevos migrantes en tránsito hacia Suecia, ilustran las profundas divisiones entre los países europeos, pese a los llamados a la generosidad de Alemania y la Comisión Europea (CE).
Para intentar resolver esas diferencias, los cancilleres de República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia se reunirán con sus colegas de Alemania y Luxemburgo (que preside actualmente la Unión Europea) mañana en Praga.
Unos 5.000 migrantes, muchos de ellos refugiados que huyen de los conflictos en Oriente Medio, llegaron en las últimas 24 horas a la frontera entre Serbia y Hungría, una cifra récord, indicó ayer la televisión de Estado serbia (RTS).
En la región húngara de Röszke, principal punto de paso entre los dos países, autobuses fletados por las autoridades húngaras embarcaron a los refugiados para llevarlos a campamentos de acogida inicial, bajo una intensa y fría lluvia.
"Es Bashar (al Asad, el presidente sirio) quien debería estar aquí, todo esto es su culpa" explicaba un grupo de sirios, tiritando por el intenso frío.
Entretanto, un poco más al norte, más de 3.000 personas llegaron a Austria en la noche del miércoles, sin trabas, desde Hungría.
Pero ayer a media jornada, la compañía nacional de ferrocarriles austríacos (ÖBB) anunció que suspendía por plazo indeterminado su tráfico con Hungría debido a la "masiva congestión" de su red ante el flujo de migrantes deseosos de llegar a Alemania.
Más muros
Los refugiados intentan atravesar lo más rápidamente posible Hungría, antes de la entrada en vigor el 15 de septiembre de una nueva ley antimigrantes que permite el despliegue del ejército en la frontera y prevé penas de prisión para quienes la atraviesen ilegalmente.
De momento, miles de migrantes siguen desafiando a diario a la policía húngara al atravesar la frontera desde Serbia, pese a la construcción de una valla con alambradas a lo largo de los 175 kilómetros de línea divisoria con este país. Una segunda valla, de cuatro metros de altura, está en proceso de construcción.
La posición contraria la representa Alemania, país líder de una política de puertas abiertas, que anunció ayer que 450.000 refugiados han sido registrados en el país en lo que va del año, de los cuales 37.000 en la primera semana de septiembre.

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La ola de migrantes en Europa seguía creciendo ayer, con un récord de flujo entre Serbia y Hungría, país de la Unión Europea (UE) cuya frontera podría quedar herméticamente cerrada dentro de pocos días por el ejército húngaro.
La política de Hungría, así como la de Dinamarca, que intenta frenar la llegada de nuevos migrantes en tránsito hacia Suecia, ilustran las profundas divisiones entre los países europeos, pese a los llamados a la generosidad de Alemania y la Comisión Europea (CE).
Para intentar resolver esas diferencias, los cancilleres de República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia se reunirán con sus colegas de Alemania y Luxemburgo (que preside actualmente la Unión Europea) mañana en Praga.
Unos 5.000 migrantes, muchos de ellos refugiados que huyen de los conflictos en Oriente Medio, llegaron en las últimas 24 horas a la frontera entre Serbia y Hungría, una cifra récord, indicó ayer la televisión de Estado serbia (RTS).
En la región húngara de Röszke, principal punto de paso entre los dos países, autobuses fletados por las autoridades húngaras embarcaron a los refugiados para llevarlos a campamentos de acogida inicial, bajo una intensa y fría lluvia.
"Es Bashar (al Asad, el presidente sirio) quien debería estar aquí, todo esto es su culpa" explicaba un grupo de sirios, tiritando por el intenso frío.
Entretanto, un poco más al norte, más de 3.000 personas llegaron a Austria en la noche del miércoles, sin trabas, desde Hungría.
Pero ayer a media jornada, la compañía nacional de ferrocarriles austríacos (ÖBB) anunció que suspendía por plazo indeterminado su tráfico con Hungría debido a la "masiva congestión" de su red ante el flujo de migrantes deseosos de llegar a Alemania.
Más muros
Los refugiados intentan atravesar lo más rápidamente posible Hungría, antes de la entrada en vigor el 15 de septiembre de una nueva ley antimigrantes que permite el despliegue del ejército en la frontera y prevé penas de prisión para quienes la atraviesen ilegalmente.
De momento, miles de migrantes siguen desafiando a diario a la policía húngara al atravesar la frontera desde Serbia, pese a la construcción de una valla con alambradas a lo largo de los 175 kilómetros de línea divisoria con este país. Una segunda valla, de cuatro metros de altura, está en proceso de construcción.
La posición contraria la representa Alemania, país líder de una política de puertas abiertas, que anunció ayer que 450.000 refugiados han sido registrados en el país en lo que va del año, de los cuales 37.000 en la primera semana de septiembre.

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