Cientos de
refugiados que esperaban en las inmediaciones de la estación de tren de
Gevgelija, en la frontera entre
Macedonia y
Grecia, rompieron ayer el cordón de seguridad y consiguieron atravesar la frontera.
Previamente, la Policía de Macedonia había permitido la entrada al país de parte de los casi 3 mil refugiados que esperaban del lado griego de la frontera, un día después de haberles arrojado gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para impedir que atraviesen el paso fronterizo, informó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Los refugiados, que se encontraban desde hace días a la espera de tomar un tren para llegar hasta Serbia, lograron sobrepasar a la fuerza la barrera custodiada por los agentes, quienes lanzaron granadas aturdidoras en un intento de disuadirlos.
Las regiones fronterizas de Macedonia están bajo estado de emergencia debido a la masiva llegada en los últimos días de inmigrantes y refugiados que pretenden atravesar el país para llegar al centro de Europa.
Ante la presión desencadenada por los casi 3 mil indocumentados que esperaban en Gevgelija, el Gobierno puso en funcionamiento cinco trenes diarios, con capacidad de hasta 700 personas, con el objetivo de trasladarlos hasta la frontera con Serbia.