Turquía entró ayer de lleno en la lucha contra el grupo
Estado Islámico (EI) con los primeros
bombardeos aéreos contra posiciones yihadistas en
Siria, al tiempo que la policía llevaba a cabo un vasto operativo antiterrorista en todo el país.
Cuatro días después de un atentado suicida atribuido al grupo yihadista que dejó una treintena de muertos en la ciudad turca fronteriza de Suruc, ayer tres cazas F16 de la
Fuerza Aérea turca bombardearon posiciones yihadistas en territorio sirio, en la zona fronteriza situada frente a la ciudad turca de Kilis.
"La operación contra el Estado Islámico ha cumplido su objetivo y no se detendrá", afirmó el primer ministro turco Ahmet Davutoglu.
"El menor movimiento que amenace a Turquía conllevará la reacción más severa", insistió el jefe del gobierno islamoconservador. "Tomaremos todas las medidas necesarias para proteger nuestras fronteras".
Davutoglu subrayó que el bombardeo se produjo en represalia por el ataque del jueves de combatientes extremistas contra un puesto del ejército turco en la región de Kilis, en el que murió un suboficial y dos soldados resultaron heridos.
Este enfrentamiento directo llega además tras el atentado suicida cometido el lunes en Suruc (sur), que dejó 32 muertos y un centenar de heridos entre jóvenes activistas de izquierda prokurdos que iban a participar en la reconstrucción de la ciudad siria de Kobane. Un responsable turco indicó que los bombardeos de ayer tenían también un objetivo "preventivo". "En las últimas semanas nos han llegado informaciones mostrando que el Estado Islámico se está armando", declaró.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh), nueve combatientes del grupo yihadista murieron en los ataques turcos.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan confirmó ayer que Turquía había autorizado a Estados Unidos llevar a cabo ataques aéreos contra objetivos yihadistas en Siria o Irak desde varias de sus bases, entre ellas la de Incirlik, en el sur del país.
Turquía entró ayer de lleno en la lucha contra el grupo
Estado Islámico (EI) con los primeros
bombardeos aéreos contra posiciones yihadistas en
Siria, al tiempo que la policía llevaba a cabo un vasto operativo antiterrorista en todo el país.
Cuatro días después de un atentado suicida atribuido al grupo yihadista que dejó una treintena de muertos en la ciudad turca fronteriza de Suruc, ayer tres cazas F16 de la
Fuerza Aérea turca bombardearon posiciones yihadistas en territorio sirio, en la zona fronteriza situada frente a la ciudad turca de Kilis.
"La operación contra el Estado Islámico ha cumplido su objetivo y no se detendrá", afirmó el primer ministro turco Ahmet Davutoglu.
"El menor movimiento que amenace a Turquía conllevará la reacción más severa", insistió el jefe del gobierno islamoconservador. "Tomaremos todas las medidas necesarias para proteger nuestras fronteras".
Davutoglu subrayó que el bombardeo se produjo en represalia por el ataque del jueves de combatientes extremistas contra un puesto del ejército turco en la región de Kilis, en el que murió un suboficial y dos soldados resultaron heridos.
Este enfrentamiento directo llega además tras el atentado suicida cometido el lunes en Suruc (sur), que dejó 32 muertos y un centenar de heridos entre jóvenes activistas de izquierda prokurdos que iban a participar en la reconstrucción de la ciudad siria de Kobane. Un responsable turco indicó que los bombardeos de ayer tenían también un objetivo "preventivo". "En las últimas semanas nos han llegado informaciones mostrando que el Estado Islámico se está armando", declaró.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh), nueve combatientes del grupo yihadista murieron en los ataques turcos.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan confirmó ayer que Turquía había autorizado a Estados Unidos llevar a cabo ataques aéreos contra objetivos yihadistas en Siria o Irak desde varias de sus bases, entre ellas la de Incirlik, en el sur del país.