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8 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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A 10 años de la última gran alegría del lobo | ascenso a Primera División, Gustavo El Oso Coronel, Gustavo Balvorín, Gimnasia de Jujuy, estadio 23 de Agosto

Jueves, 02 de julio de 2015 00:00
<div>LA CELEBRACIÓN DEL ASCENSO / HACE DIEZ AÑOS, GIMNASIA Y ESGRIMA CONSEGUÍA LLEGAR A PRIMERA DIVISIÓN MERCED A UNA GRAN CAMPAÑA.</div><div><div>
Gustavo Coronel era el tercer arquero y fue uno de los símbolos de aquel ascenso a Primera División de hace diez años. El "Oso" ingresó en lugar del lesionado José Luis Campi, que su vez había reemplazado al "Bebe" Aguirre, también desgarrado. Alejandro Gónzalez, Gabriel Ramón, Marcelo Berza y Facundo Torres formaban la línea de fondo. En el medio estaban Marcelo Quinteros por derecha y Julián Kmet por izquierda; mientras que los volantes centrales fueron Daniel Ramasco con Marcelo Maidana. Arriba se ubicaron Gabriel Roth con Aquilino Villalba, único punta definido. En realidad, el paraguayo jugó porque en el choque de ida el goleador Gustavo Balvorín había sido expulsado.
Así formó Gimnasia el 2 de julio de 2005 cuando empató con Huracán de Parque Patricios -en el primer duelo había ganado con gol de Franco Sosa, que acumuló su quinta amarilla- y así lograba la vuelta a la "A", donde permanecería durante cuatro temporadas. El equipo era dirigido por Mario Gómez, un estratega que priorizaba el orden sobre todos las cosas. Su pensamiento era "primero se cuida el cero y luego se piensa en el ataque".
El golpe fuera de casa
El hecho de haber dado el golpe en condición de visitante implicaba llegar a la definición en el estadio "23 de Agosto" con la tranquilidad de saber que la responsabilidad de buscar el trámite recaía en el "globo".
El "lobo" fue el campeón del Clausura. Y había desperdiciado la primera chance de ascenso al caer en el mano con Tiro Federal, el vencedor del Apertura. Entonces, la segunda oportunidad era ante Huracán, que por suma de puntos había adquirido el derecho de pelear por un lugar en la elite del fútbol argentino. Era conducido por Antonio Mohamed y entre sus figuras estaban el joven Mariano Andújar -actual integrante de la Selección Nacional-, Mariano Juan -un exPekerman Boys- y Daniel Osvaldo -mediático delantero de pasado reciente en Boca-, a quien El Tribuno de Jujuy calificó con "3" por su floja actuación.
Fue un partido controlado por el local, que no dejó influenciar por la ansiedad de los hinchas que habían copado como nunca el "23 de Agosto". Los minutos pasaron y salvo un par de disparos de Roberto Pompei, que había ingresado en el complemento, no pasó nada.
Alejandro Abaurre, de destacada actuación en el Apertura, entró por Roth. El "Cachorro" se había roto los ligamentos cruzados en aquella campaña. Una lástima. Gustavo Córdoba ocupó el lugar de Alejandro González y Daniel Juárez sustituyó a Villalba. En el banco quedaron el desaparecido Ubaldo Garzón y Esteban Gil.
"Me parece que el Lobo que se va de la B, me parece que el Lobo que se va de la B, para nunca más volver", gritaron desde los cuatro costados en los últimos minutos. Es una imagen difícil. Los simpatizantes no pudieron contener las lágrimas en el momento que el árbitro Jorge Ferro decretó el epílogo. Gimnasia retornaba al "fútbol grande" y la alegría era total. Y un vez más quedaba en claro que el apodo "el capo del Norte" no era un capricho del corazón. Era posta, señores.
Las calles no solamente de la "Tacita de Plata", sino de varios lugares de la provincia se poblaron de celeste y blanco. Todo un pueblo y una provincia festejó aquella proeza que comenzó con Francisco Ferraro y la terminó Mario Gómez.

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Gustavo Coronel era el tercer arquero y fue uno de los símbolos de aquel ascenso a Primera División de hace diez años. El "Oso" ingresó en lugar del lesionado José Luis Campi, que su vez había reemplazado al "Bebe" Aguirre, también desgarrado. Alejandro Gónzalez, Gabriel Ramón, Marcelo Berza y Facundo Torres formaban la línea de fondo. En el medio estaban Marcelo Quinteros por derecha y Julián Kmet por izquierda; mientras que los volantes centrales fueron Daniel Ramasco con Marcelo Maidana. Arriba se ubicaron Gabriel Roth con Aquilino Villalba, único punta definido. En realidad, el paraguayo jugó porque en el choque de ida el goleador Gustavo Balvorín había sido expulsado.
Así formó Gimnasia el 2 de julio de 2005 cuando empató con Huracán de Parque Patricios -en el primer duelo había ganado con gol de Franco Sosa, que acumuló su quinta amarilla- y así lograba la vuelta a la "A", donde permanecería durante cuatro temporadas. El equipo era dirigido por Mario Gómez, un estratega que priorizaba el orden sobre todos las cosas. Su pensamiento era "primero se cuida el cero y luego se piensa en el ataque".
El golpe fuera de casa
El hecho de haber dado el golpe en condición de visitante implicaba llegar a la definición en el estadio "23 de Agosto" con la tranquilidad de saber que la responsabilidad de buscar el trámite recaía en el "globo".
El "lobo" fue el campeón del Clausura. Y había desperdiciado la primera chance de ascenso al caer en el mano con Tiro Federal, el vencedor del Apertura. Entonces, la segunda oportunidad era ante Huracán, que por suma de puntos había adquirido el derecho de pelear por un lugar en la elite del fútbol argentino. Era conducido por Antonio Mohamed y entre sus figuras estaban el joven Mariano Andújar -actual integrante de la Selección Nacional-, Mariano Juan -un exPekerman Boys- y Daniel Osvaldo -mediático delantero de pasado reciente en Boca-, a quien El Tribuno de Jujuy calificó con "3" por su floja actuación.
Fue un partido controlado por el local, que no dejó influenciar por la ansiedad de los hinchas que habían copado como nunca el "23 de Agosto". Los minutos pasaron y salvo un par de disparos de Roberto Pompei, que había ingresado en el complemento, no pasó nada.
Alejandro Abaurre, de destacada actuación en el Apertura, entró por Roth. El "Cachorro" se había roto los ligamentos cruzados en aquella campaña. Una lástima. Gustavo Córdoba ocupó el lugar de Alejandro González y Daniel Juárez sustituyó a Villalba. En el banco quedaron el desaparecido Ubaldo Garzón y Esteban Gil.
"Me parece que el Lobo que se va de la B, me parece que el Lobo que se va de la B, para nunca más volver", gritaron desde los cuatro costados en los últimos minutos. Es una imagen difícil. Los simpatizantes no pudieron contener las lágrimas en el momento que el árbitro Jorge Ferro decretó el epílogo. Gimnasia retornaba al "fútbol grande" y la alegría era total. Y un vez más quedaba en claro que el apodo "el capo del Norte" no era un capricho del corazón. Era posta, señores.
Las calles no solamente de la "Tacita de Plata", sino de varios lugares de la provincia se poblaron de celeste y blanco. Todo un pueblo y una provincia festejó aquella proeza que comenzó con Francisco Ferraro y la terminó Mario Gómez.

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