Tras cuatro meses de arduas negociaciones,
Grecia agrupará los pagos de deuda y abonará al Fondo Monetario Internacional (FMI) los cuatro vencimientos de deuda de junio de una vez a fin de mes, comunicó ayer el organismo de crédito.
El gobierno de
Alexis Tsipras debe abonar al Fondo este mes 1.600 millones de euros, de los cuales el primer pago, de 305 millones de euros, tenía como fecha límite hoy.
"Las autoridades griegas han informado hoy (por ayer) al Fondo que planean agrupar los cuatro pagos del país en un solo, previsto para el 30 de junio", anunció el principal portavoz de la entidad crediticia mundial Gerry Rice en un comunicado.
El anuncio resultó especialmente sorprendente cuando apenas unas horas antes, en una rueda de prensa, la titular del FMI, Christine Lagarde, se había mostrado "confiada" de recibir el pago de 305 millones de euros y había descartado la posibilidad de este pago conjunto.
La noche del miércoles, la última propuesta de los acreedores (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) presentada de urgencia a Grecia por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, desató duras respuestas desde Atenas y amenazó con endurecer aún más la negociación arrancada en febrero para aliviar la difícil situación financiera del país heleno.
Si bien el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se mostró ayer optimista y señaló que el acuerdo "está a la vista", y el presidente francés, Francois Hollande, dijo ayer que el final de la tortuosa negociación "es cuestión de horas", esa atmósfera positiva no es la que se respira en Atenas. El primero en hablar ayer en público fue el ministro del Interior, Nikos Vutsis, quien señaló que el texto presentado anoche por las instituciones europeas (la CE, la BCE y el FMI) "no sirve como base para negociar un acuerdo". "Veo el vaso medio vacío y eso que yo soy optimista. Nadie puede verlo medio lleno, porque el texto que fue presentado no puede ser una base para la discusión", afirmó Vutsis.
Un default griego podría dejar al país fuera de la zona euro y asestar un duro golpe a la tibia recuperación económica mundial tras la crisis financiera que de Estados Unidos se extendió al mundo a partir de 2008.
Los 7.200 millones de euros corresponden al último tramo del segundo "rescate" financiero que Grecia recibió de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo en 2011 para mantenerse a flote, ante la imposibilidad de conseguir dinero en los mercados financieros por su alto endeudamiento.
Tras cuatro meses de arduas negociaciones,
Grecia agrupará los pagos de deuda y abonará al Fondo Monetario Internacional (FMI) los cuatro vencimientos de deuda de junio de una vez a fin de mes, comunicó ayer el organismo de crédito.
El gobierno de
Alexis Tsipras debe abonar al Fondo este mes 1.600 millones de euros, de los cuales el primer pago, de 305 millones de euros, tenía como fecha límite hoy.
"Las autoridades griegas han informado hoy (por ayer) al Fondo que planean agrupar los cuatro pagos del país en un solo, previsto para el 30 de junio", anunció el principal portavoz de la entidad crediticia mundial Gerry Rice en un comunicado.
El anuncio resultó especialmente sorprendente cuando apenas unas horas antes, en una rueda de prensa, la titular del FMI, Christine Lagarde, se había mostrado "confiada" de recibir el pago de 305 millones de euros y había descartado la posibilidad de este pago conjunto.
La noche del miércoles, la última propuesta de los acreedores (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) presentada de urgencia a Grecia por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, desató duras respuestas desde Atenas y amenazó con endurecer aún más la negociación arrancada en febrero para aliviar la difícil situación financiera del país heleno.
Si bien el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se mostró ayer optimista y señaló que el acuerdo "está a la vista", y el presidente francés, Francois Hollande, dijo ayer que el final de la tortuosa negociación "es cuestión de horas", esa atmósfera positiva no es la que se respira en Atenas. El primero en hablar ayer en público fue el ministro del Interior, Nikos Vutsis, quien señaló que el texto presentado anoche por las instituciones europeas (la CE, la BCE y el FMI) "no sirve como base para negociar un acuerdo". "Veo el vaso medio vacío y eso que yo soy optimista. Nadie puede verlo medio lleno, porque el texto que fue presentado no puede ser una base para la discusión", afirmó Vutsis.
Un default griego podría dejar al país fuera de la zona euro y asestar un duro golpe a la tibia recuperación económica mundial tras la crisis financiera que de Estados Unidos se extendió al mundo a partir de 2008.
Los 7.200 millones de euros corresponden al último tramo del segundo "rescate" financiero que Grecia recibió de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo en 2011 para mantenerse a flote, ante la imposibilidad de conseguir dinero en los mercados financieros por su alto endeudamiento.