Ahora sí
Gimnasia se calzó el buzo de candidato para pelear un ascenso a primera división. Necesitaba conseguir un triunfo así, lejos del estadio "23 de Agosto", donde se hace fuerte históricamente. Y en Posadas, el equipo jujeño "bailó" a
Guaraní Antonio Franco. Fue sólo dos a cero, pero en realidad hubo una diferencia abismal entre uno y otro.
Es que el "lobo" salió a comerse a rival, pero sin descuidarse. En su última salida, ante Santamarina, intentó mostrar sus garras, pero se equivocó atrás y en un lapso de 30 minutos se comió tres goles.
El mediocampo del cuadro "albiceleste" tuvo su tarde soñada, donde se destacó Marcos Pérez, autor del primer gol.
Ayer la historia fue diferente. Con un mediocampo superconcentrado pasó por encima a la "franja". Durante los primeros 15 minutos ni siquiera dejó tocar la pelota al dueño de casa. Los roles estaban invertidos y la preocupación de la hinchada se hizo sentir.
Pero el fútbol es tan lindo porque la primera jugada de riesgo fue un cabezazo de Narese, que se fue cerca del palo. De haber ingresado la pelota a la red hubiese sido una injusticia total.
Gimnasia mantuvo la actitud y fue al frente. El único problema estaba que cuando Fernando Poclaba, bien acompañado por Leonardo Ferreyra y Marcos Pérez, pasaba a posiciones ofensivas, se acababan las ideas claras. Entonces, un bien parado Jossemir Mosquera despejaba el peligro. De todas maneras, la visita era superior. Sólo faltó el gol, pero se trató del mejor primer tiempo de la "era Méndez" y daba ganas de aplaudir el manejo de la pelota, cómo se buscaron los espacios y la manera con que se recuperó cada perdida de balón. Impecable.
En el complemento, Gimnasia continuó dominando. Y le gustaba. Porque Guaraní no sabía qué hacer. Marcos Pérez, quien es suplente en este equipo porque el titular es Ignacio Sanabria, empezó a marcar el camino del gol. Apareció arriba como un fantasma hasta que el recién ingresado Agustín Sufi lo vio y envió un centro perfecto que el volante cambió por festejo. Por supuesto que era justo, ya que en la cancha sólo estuvo Gimnasia. La estantería del conjunto de los Zuccarrelli se terminó de derrumbar. Entonces, a nadie sorprendió tras un brillante contragolpe que arrancó Pérez, continuó con Domínguez llegando hasta el fondo y su posterior centro atrás, dejando a Ferreyra solo frente al arco. Golazo y fin del pleito.
Ahora sí
Gimnasia se calzó el buzo de candidato para pelear un ascenso a primera división. Necesitaba conseguir un triunfo así, lejos del estadio "23 de Agosto", donde se hace fuerte históricamente. Y en Posadas, el equipo jujeño "bailó" a
Guaraní Antonio Franco. Fue sólo dos a cero, pero en realidad hubo una diferencia abismal entre uno y otro.
Es que el "lobo" salió a comerse a rival, pero sin descuidarse. En su última salida, ante Santamarina, intentó mostrar sus garras, pero se equivocó atrás y en un lapso de 30 minutos se comió tres goles.
El mediocampo del cuadro "albiceleste" tuvo su tarde soñada, donde se destacó Marcos Pérez, autor del primer gol.
Ayer la historia fue diferente. Con un mediocampo superconcentrado pasó por encima a la "franja". Durante los primeros 15 minutos ni siquiera dejó tocar la pelota al dueño de casa. Los roles estaban invertidos y la preocupación de la hinchada se hizo sentir.
Pero el fútbol es tan lindo porque la primera jugada de riesgo fue un cabezazo de Narese, que se fue cerca del palo. De haber ingresado la pelota a la red hubiese sido una injusticia total.
Gimnasia mantuvo la actitud y fue al frente. El único problema estaba que cuando Fernando Poclaba, bien acompañado por Leonardo Ferreyra y Marcos Pérez, pasaba a posiciones ofensivas, se acababan las ideas claras. Entonces, un bien parado Jossemir Mosquera despejaba el peligro. De todas maneras, la visita era superior. Sólo faltó el gol, pero se trató del mejor primer tiempo de la "era Méndez" y daba ganas de aplaudir el manejo de la pelota, cómo se buscaron los espacios y la manera con que se recuperó cada perdida de balón. Impecable.
En el complemento, Gimnasia continuó dominando. Y le gustaba. Porque Guaraní no sabía qué hacer. Marcos Pérez, quien es suplente en este equipo porque el titular es Ignacio Sanabria, empezó a marcar el camino del gol. Apareció arriba como un fantasma hasta que el recién ingresado Agustín Sufi lo vio y envió un centro perfecto que el volante cambió por festejo. Por supuesto que era justo, ya que en la cancha sólo estuvo Gimnasia. La estantería del conjunto de los Zuccarrelli se terminó de derrumbar. Entonces, a nadie sorprendió tras un brillante contragolpe que arrancó Pérez, continuó con Domínguez llegando hasta el fondo y su posterior centro atrás, dejando a Ferreyra solo frente al arco. Golazo y fin del pleito.