El revolucionario avión Solar Impulse 2 alimentado únicamente mediante energía solar fotovoltaica aterrizó en Nagoya, Japón, en la noche del lunes, en una escala imprevista debido al mal tiempo en el Pacífico, informó un corresponsal.
La emisión en directo desde el puesto de control de la misión en Mónaco mostró a los controladores aéreos irrumpiendo en aplausos y vítores cuando el avión tocó el asfalto en el centro de Japón.
El aparato de alta tecnología había despegado de Nankín, en China, más de 40 horas antes, y tenía previsto aterrizar en Hawai, a una distancia de 8.500 kilómetros que debía cubrir en seis días y seis noches sin detenerse. Esta es la séptima de una vuelta al mundo en doce etapas que comenzó en Abu Dhabi en marzo.
Pero los controladores de la misión decidieron ayer en horas de la mañana que el tiempo que se encontraría el avión en el Pacífico conforme se aproximara a Hawai era demasiado arriesgado y lo desviaron a Japón.
El piloto suizo André Borschberg, de 62 años, que había pasado gran parte del día esperando a la decisión, se dirigió finalmente a Nagoya.
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El revolucionario avión Solar Impulse 2 alimentado únicamente mediante energía solar fotovoltaica aterrizó en Nagoya, Japón, en la noche del lunes, en una escala imprevista debido al mal tiempo en el Pacífico, informó un corresponsal.
La emisión en directo desde el puesto de control de la misión en Mónaco mostró a los controladores aéreos irrumpiendo en aplausos y vítores cuando el avión tocó el asfalto en el centro de Japón.
El aparato de alta tecnología había despegado de Nankín, en China, más de 40 horas antes, y tenía previsto aterrizar en Hawai, a una distancia de 8.500 kilómetros que debía cubrir en seis días y seis noches sin detenerse. Esta es la séptima de una vuelta al mundo en doce etapas que comenzó en Abu Dhabi en marzo.
Pero los controladores de la misión decidieron ayer en horas de la mañana que el tiempo que se encontraría el avión en el Pacífico conforme se aproximara a Hawai era demasiado arriesgado y lo desviaron a Japón.
El piloto suizo André Borschberg, de 62 años, que había pasado gran parte del día esperando a la decisión, se dirigió finalmente a Nagoya.
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