La plaza central del pueblo de
Autlán (58.000 habitantes), donde murió el agente de la
fiscalía estatal en una balacera, se encontraba completamente vacía la noche del viernes.
A un costado de los portales, un taxista explicó a una agencia de noticias que los vecinos se resguardaron en sus casas cuando vieron cómo algunos hombres prendían fuego a una sucursal bancaria. "Nadie quiere salir. Es como toque de queda. Esto estuvo muy feo", comenta el taxista.
El Gobierno estatal tuvo que decretar el "código rojo" (máxima alerta) ante los casi 40 bloqueos viales e incendios de vehículos y locales perpetrados incluso en el turístico balneario de
Puerto Vallarta.
Fue toda una demostración de fuerza del cártel, que desencadenó una jornada de furia como nunca antes había vivido
Jalisco, la cuarta región más poblada de México con 7,3 millones de habitantes, y que se extendió en menor medida en tres estados vecinos con otros 15 vehículos quemados.
La plaza central del pueblo de
Autlán (58.000 habitantes), donde murió el agente de la
fiscalía estatal en una balacera, se encontraba completamente vacía la noche del viernes.
A un costado de los portales, un taxista explicó a una agencia de noticias que los vecinos se resguardaron en sus casas cuando vieron cómo algunos hombres prendían fuego a una sucursal bancaria. "Nadie quiere salir. Es como toque de queda. Esto estuvo muy feo", comenta el taxista.
El Gobierno estatal tuvo que decretar el "código rojo" (máxima alerta) ante los casi 40 bloqueos viales e incendios de vehículos y locales perpetrados incluso en el turístico balneario de
Puerto Vallarta.
Fue toda una demostración de fuerza del cártel, que desencadenó una jornada de furia como nunca antes había vivido
Jalisco, la cuarta región más poblada de México con 7,3 millones de habitantes, y que se extendió en menor medida en tres estados vecinos con otros 15 vehículos quemados.