ABRA PAMPA (Corresponsal). Vio un día cuando regresaba de misa que una persona con discapacidad alzaba pochoclo que estaba tirado en el piso para comérselo. Esta imagen conmovió a Celina Alancay de Gutiérrez, quien se preguntó "¿como yo no puedo hacer algo por esta gente?". Esta acción empujó más su corazón solidario llevándolo a conformar un centro de contención y estimulación destinado a personas con discapacidad y gente de escasos recursos que denominó Leam que significa "la esperanza de enseñar y aprender más" y hoy cumple 14 años de vida.
En la actualidad Leam cuenta con personería jurídica y está abierto para todos los necesitados que se acerquen, no solo para personas con discapacidad. Es una institución sin fines de lucro. Desde hace un par de años atrás la sede se encuentra ubicada sobre la calle Alberdi, en cercanías del comedor municipal entre los barrios 12 de Octubre y 23 de Agosto en un espacio cedido por en aquel entonces el concejal Ariel Machaca, actual intendente. Pero el lugar todavía no es de Leam legalmente, lo queda a cargo de las autoridades gubernamentales si así lo desean.
"Más que abocarme a la gente con capacidades especiales, porque ellos de una u otra forma pueden conseguir una pensión, pero las mamás que tienen 7 hijos o más, aquellos niños que no tienen papá, que no tienen mamá, no pueden conseguir una pensión, o aquella abuelita que hace de papá o mamá son los más necesitados", comentó Celina, agregando que "siempre he puesto mis hombros para ayudar a esa gente, desde muy joven he sido así".
Los festejos de la Semana de Leam, que se iniciaron el 18 pasado, concluirán hoy a las 10 con un acto protocolar.
Sin lugar a dudas se ganó el corazón de muchos niños y personas mayores, que en la fecha le tratan de cariño como "Pily Pily" y para otros ella es la abuela.
"Agradezco a Dios y a la Virgen, a mi padre eterno, a toda mi familia, he sido agraciada, llegué por primera vez como la mujer solidaria a Jujuy, después a Buenos Aires, Rosario de Santa Fe", recordó. Además relató que increíblemente en varias oportunidades pudo ayudar a gente con situaciones fuera de lo común "Mi vida está puesta para aquella persona que tenga un problemita, le escucho, si puedo darle algún consejo le doy, vino mucha gente a verme, gente con problemas graves, que inclusive se quería quitar la vida, que se cortaban la venas".
Consultada sobre hasta cuándo va a seguir, sostuvo que "mientras yo pueda dar algo le voy a seguir haciendo. Tengo ya 64 años, pero mis nietos me dicen que voy a vivir hasta los 200 años y seguiré", agregó con un tono bromista. "Habrá otra persona que se ponga al frente de esto y tengo la fe que así será".
La hija de Celina, Vilma Gutiérrez quien estuvo junto a su mamá desde los inicios, apuntó que en la actualidad asisten 70 chicos, pero por día cerca de 20 o 30 chicos, las puertas de Leam se abren los lunes miércoles y viernes desde las 15.30, pero los chicos llegan a las 15. Se hace la merienda por turno, por algunos de los familiares de Celina, como sus hijos o nietos. Allí los ayudan a realizar tareas escolares. La merienda es posible gracias a la "copa de leche" de la Unión Cívica Radical, pero siempre las necesidades para los chicos están presentes, es por eso que cualquier ayuda como azúcar o harina son bienvenidos.
Así nace Leam
La esperanza de enseñar y aprender más nació el 26 de abril de 2001 por una necesidad netamente de servicio a los más necesitados, especialmente a las personas con discapacidad, pero el trabajo solidario se realizó mucho más antes. En un escrito Celina relató que "viendo que mis servicios y mi ayuda incondicional resultó insuficiente debido a los factores adversos a mi buena voluntad y el resultado deseado no era suficiente, un día pensé que para que todo no sea en vano y los sacrificios tengan frutos era necesario crear un punto estratégico con diferentes talleres al servicio de los que así lo requieran, puntualizando la atención específica a las personas con capacidades especiales, diagramando días y horarios. De esta manera poder atender en parte a los hermanos que sufren los dolores de la ignorancia, de la marginación o indiferencias y porque no de la desocupación misma, debido a estos flagelos que golpean a los más humildes. Por lo que de inmediato reuní a mis colaboradores y personas amigas y así el 26 de abril del año 2001 decidimos crear un centro de contención y estimulación que recibiría el nombre de nuestra misión, deseo y fin propuesto Leam. Sus siglas reflejan nuestros deseos, nuestra misión de ayudar y enseñar, aprendiendo siempre más para luego enseñar, basado siempre en la esperanza que luego se hará realidad desde el momento mismo que nuestro centro acaba de nacer con un deber y una misión muy importante dentro de la sociedad que lo vio nacer".
Desde entonces las tareas se realizaban en diferentes lugares porque no contaban con un espacio propio. "Esta es una historia que muchas veces he dicho que fue una loquera porque yo ya venía trabajando antes en las zonas rurales con la idea de enseñarles a la gente a confeccionar su propia ropa".
El trabajo en su primer momento fue especialmente con personas con discapacidad, pero después se abrió las puertas a todos.