Un niño de 2 años, identificado como Nicolás Mercado, fue encontrado sin vida por su madre en el patio de su vivienda del asentamiento Mi Jardín, en la zona norte de la capital catamarqueña, tras haber sufrido una electrocución al tocar una pared de la precaria vivienda.
El hecho trascendió en horas de la noche del pasado jueves y en aquel momento la madre, una mujer de apellido Callafa, había llamado al niño y éste no respondía.
Pasaban los minutos y la desesperación de la progenitora crecía y decidió pedir ayuda a los vecinos para buscarlo por el barrio. Minutos más tarde solicitaron colaboración a la comisaría Octava y un móvil se hizo presente en el lugar.
Gracias a la colaboración de la policía el hallazgo se produjo casi inmediatamente, la criatura estaba en el patio trasero de la vivienda, tirada y con signos de electrocución.
No obstante, fue llevada de inmediato hasta el hospital de niños Eva Perón, en donde se determinó de inmediato su fallecimiento.
Los primeros peritajes ordenados daban cuenta de que la conexión eléctrica de la casa estaba hecha por los mismos moradores y que uno de los cables que llevaba energía daba hacia una pared que estaba baja, de acuerdo con los datos brindados por los investigadores.
Al parecer, la criatura tocó la pared y también rozó el cable, ya que habría pretendido treparla, pero no lo logró.
El hecho fue puesto de inmediato en conocimiento de la fiscalía de instrucción en turno a cargo del fiscal Miguel Mauvecín, desde donde se impartieron las medidas a seguir en torno al luctuoso episodio, y se determinó la entrega del cuerpo del niño a su familia.
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Un niño de 2 años, identificado como Nicolás Mercado, fue encontrado sin vida por su madre en el patio de su vivienda del asentamiento Mi Jardín, en la zona norte de la capital catamarqueña, tras haber sufrido una electrocución al tocar una pared de la precaria vivienda.
El hecho trascendió en horas de la noche del pasado jueves y en aquel momento la madre, una mujer de apellido Callafa, había llamado al niño y éste no respondía.
Pasaban los minutos y la desesperación de la progenitora crecía y decidió pedir ayuda a los vecinos para buscarlo por el barrio. Minutos más tarde solicitaron colaboración a la comisaría Octava y un móvil se hizo presente en el lugar.
Gracias a la colaboración de la policía el hallazgo se produjo casi inmediatamente, la criatura estaba en el patio trasero de la vivienda, tirada y con signos de electrocución.
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Los primeros peritajes ordenados daban cuenta de que la conexión eléctrica de la casa estaba hecha por los mismos moradores y que uno de los cables que llevaba energía daba hacia una pared que estaba baja, de acuerdo con los datos brindados por los investigadores.
Al parecer, la criatura tocó la pared y también rozó el cable, ya que habría pretendido treparla, pero no lo logró.
El hecho fue puesto de inmediato en conocimiento de la fiscalía de instrucción en turno a cargo del fiscal Miguel Mauvecín, desde donde se impartieron las medidas a seguir en torno al luctuoso episodio, y se determinó la entrega del cuerpo del niño a su familia.
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