Los países intervinientes en el conflicto, Rusia, Francia y Alemania pidieron ayer que se aplique totalmente el alto el fuego y la retirada de armas pesadas en el este de
Ucrania, al cabo de una reunión de cancilleres en París que según
Kiev no permitió avances claros. "Llamamos a la aplicación estricta de todas las disposiciones de los acuerdos de
Minsk, empezando por un alto el fuego total y un retiro completo de las armas pesadas", afirmaron en una declaración los ministros de Relaciones Exteriores. El Gobierno ucraniano y los rebeldes firmaron el 12 de febrero los acuerdos de paz conocidos como "Minsk 2", al cabo de negociaciones maratónicas llevadas a cabo con la mediación del presidente francés François Hollande y la canciller alemana, Angela Merkel y con la participación del jefe de Estado ruso, Vladimir Putin.
Esos acuerdos preveían un alto el fuego a partir del 15 de febrero, lo que no impidió una ofensiva de las fuerzas rebeldes contra Debaltsevo, encrucijada ferroviaria estratégica, que terminaron por tomar.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, calificó de "negociaciones muy útiles" el encuentro de París, mientras que su homólogo ucraniano, Pavlo Klimkin, deploró que "no se produjera verdaderamente" ningún avance político. Klimkin expresó también su "extrema preocupación" sobre la situación en Mariupol, la ciudad a orillas del mar de Azov, asediada también por los rebeldes prorrusos.
Si se produjera un ataque contra Mariupol "eso cambiaría evidentemente la base de los acuerdos de Minsk. Estaríamos ante una nueva situación", dijo el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
Los países intervinientes en el conflicto, Rusia, Francia y Alemania pidieron ayer que se aplique totalmente el alto el fuego y la retirada de armas pesadas en el este de
Ucrania, al cabo de una reunión de cancilleres en París que según
Kiev no permitió avances claros. "Llamamos a la aplicación estricta de todas las disposiciones de los acuerdos de
Minsk, empezando por un alto el fuego total y un retiro completo de las armas pesadas", afirmaron en una declaración los ministros de Relaciones Exteriores. El Gobierno ucraniano y los rebeldes firmaron el 12 de febrero los acuerdos de paz conocidos como "Minsk 2", al cabo de negociaciones maratónicas llevadas a cabo con la mediación del presidente francés François Hollande y la canciller alemana, Angela Merkel y con la participación del jefe de Estado ruso, Vladimir Putin.
Esos acuerdos preveían un alto el fuego a partir del 15 de febrero, lo que no impidió una ofensiva de las fuerzas rebeldes contra Debaltsevo, encrucijada ferroviaria estratégica, que terminaron por tomar.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, calificó de "negociaciones muy útiles" el encuentro de París, mientras que su homólogo ucraniano, Pavlo Klimkin, deploró que "no se produjera verdaderamente" ningún avance político. Klimkin expresó también su "extrema preocupación" sobre la situación en Mariupol, la ciudad a orillas del mar de Azov, asediada también por los rebeldes prorrusos.
Si se produjera un ataque contra Mariupol "eso cambiaría evidentemente la base de los acuerdos de Minsk. Estaríamos ante una nueva situación", dijo el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.