¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

°
9 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos Humanos. El hijo del patrón

Viernes, 23 de enero de 2015 00:00

El patrón mandó a Kerioco que desenterrara el tapado en plena noche, y para no volver a correr riesgos mandó que su hijo acompañara al indio. Kerioco quiso advertirle que era algo peligroso porque la plata asusta, pero el patrón pensaba que era un truco para guardarse el tesoro y no le hizo caso. Así empezaron a cavar.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El patrón mandó a Kerioco que desenterrara el tapado en plena noche, y para no volver a correr riesgos mandó que su hijo acompañara al indio. Kerioco quiso advertirle que era algo peligroso porque la plata asusta, pero el patrón pensaba que era un truco para guardarse el tesoro y no le hizo caso. Así empezaron a cavar.

Pronto dieron con la pala en una laja que temblaba, y bajo la laja salieron fauces de perros, de serpientes y de leones que intentaban morderlos. El hijo del patrón temió y cayó de lado sobre el borde del foso, pero Kerioco peleó contra las fieras cortando cada una de las cabezas que lo atacaban.

Cada cabeza que rodaba se transformaba en los doblones potosinos que había enterrado el mismo Kerioco para que el patrón no sospechara de la riqueza de su siervo, y cuando salió el sol llevó el tesoro a la casa, pero también al hijo del patrón gravemente enfermo. El patrón lloraba a la vera de la cama del convaleciente pero el joven no daba señales de mejorar.

Luego ofreció el tesoro a quien conociera la cura de su enfermedad, pero los indios temían que, de curarlo, los acusaran de brujería porque aquella enfermedad no se sanaba sino con conjuros heredados de los viejos tiempos. Así pasaban los días y el joven se consumía en el lecho, y el patrón se consumía a su lado.

Y Kerioco sufría también porque entendía que ese joven agonizaba por las sospechas del patrón, que había puesto de ese modo a prueba su honestidad. Así fue que decidió hacer algo para salvarlo, porque conocía la cura de ese mal.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD