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26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Una catarata de quejas se precipita sobre el Nación

Miércoles, 10 de diciembre de 2014 00:00

"Sobre llovido, mojado" es una frase, que sintetiza en muchas ocasiones las desventuras de una persona agobiada por la mala suerte, pero bien podría emplearse para describir los padecimientos que debe afrontar permanentemente cualquier individuo que llega al Banco Nación para realizar una transacción o, como sucede a mayor escala, los miles de ciudadanos cautivos que perciben subsidios o beneficios asistenciales del Gobierno central a través de esa entidad. A la pésima atención que se observa en el salón de su casa central, se suma ahora la deficiente prestación de sus cajeros, a menudo sin dinero suficiente para satisfacer la gran demanda.

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"Sobre llovido, mojado" es una frase, que sintetiza en muchas ocasiones las desventuras de una persona agobiada por la mala suerte, pero bien podría emplearse para describir los padecimientos que debe afrontar permanentemente cualquier individuo que llega al Banco Nación para realizar una transacción o, como sucede a mayor escala, los miles de ciudadanos cautivos que perciben subsidios o beneficios asistenciales del Gobierno central a través de esa entidad. A la pésima atención que se observa en el salón de su casa central, se suma ahora la deficiente prestación de sus cajeros, a menudo sin dinero suficiente para satisfacer la gran demanda.

Es común ver, desde hace años, interminables filas de personas que aguardan la apertura de sus puertas en las veredas de la sede central, en la esquina de Necochea y Alvear, para ingresar y ser atendido por ventanilla, un trámite que por lo general demora entre una hora y media y dos horas y media, según el caso, o menos si la persona llegó entre las 6.30 y las 7 para ganarse un lugar en esa "eterna cola" que ya es una postal de la city jujeña.

El problema dado por la cada vez más paupérrima atención a los clientes, tanto aquellos que son ocasionales, como los permanentes y los cautivos, se hizo notorio en los últimos meses. Los últimos fines de semana largos, más algunas medidas de fuerza realizadas por sus empleados, y las refacciones que se llevan a cabo en el interior del edificio, que alcanzan sobre todo a su salón principal, convirtieron al Nación en un verdadero "traga-tiempos" y en un lugar al que pocos quieren visitar.

El fin de semana pasado volvió a dar muestra clara de la poca sensibilidad que existe con los que más precisan de su atención y de sus servicios. Muchos beneficiarios de subsidios nacionales debieron soportar otro destrato y se quedaron durante varios días sin poder retirar ni un solo centavo de los cajeros automáticos habilitados por la institución, porque los mismos se quedaron sin dinero. Y como viene ocurriendo sistemáticamente, ninguna autoridad salió a brindar una explicación ni a pedir disculpas por dejar a tanta gente sin recursos para subsistir durante varios días.

Pero, tras cartón, la situación se terminó de agravar ayer, con el regreso a la actividad normal. Los condicionantes propios del edificio y del poco personal, otro tema largamente reclamado por el gremio bancario; y la asamblea de los empleados durante las dos últimas horas de atención al público terminó crispando los nervios de más de uno. Para colmo, los cajeros no dieron abasto en el primer día hábil de esta semana y las filas volvieron a ser extensas e insufribles para quienes las hicieron obligadamente.

Medidas de fuerza de bancaria

Como se señalara, los problemas en el Nación se profundizarán esta semana. Hoy, al igual que ayer, sus empleados se reunirán en asamblea durante las dos últimas horas de atención al público, es decir a partir de las 12. Los trabajadores exigen a las autoridades de la institución a nivel central el establecimiento de un bono compensador de 7.500 pesos, una suma a la que accedieron las entidades que representan a la patronal de la banca privada, pero no así la que nuclea a los bancos de Acción Social, Hipotecario y Nación.

Por lo mismo, la Bancaria, el gremio que nuclea a todos los trabajadores bancarios, determinó la medida de fuerza que se inicio ayer, que continuará hoy, y se profundizará mañana y el viernes. Los dos últimos días hábiles de esta semana, el reclamo se verá reflejado en un paro sin atención al público y sin recarga de dinero en los cajeros.

Se avecinan días complicados en el Banco Nación, muchos más severos que los que tuvo que afrontar su masa de clientes en las últimas semanas.


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