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12 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Ahí estaba la Arruyo

Martes, 08 de enero de 2013 20:27

Los días anteriores a la pelea, me contó Susurro Días, fueron los únicos en los que tuve una ilusión en la vida, y ese esfuerzo por vencer y esos sueños de victoria los compartía con la Arruyo, que parecía tener tanta necesidad de vivir sanamente como yo. Ella era cantante de cumbia y había dejado sus shows para acompañarme en el entrenamiento.

La cosa era contra un peleador gringo que parecía venir en bajada y buscaba un paquete sudamericano para levantar su imagen. Así dieron conmigo, me dijo Susurro. La noche de la presentación, cuando lo conocí, le puedo asegurar que tuve miedo. Montaba todo como para que fuera así, pero ahí estaba la Arruyo y eso me dio fuerzas.

La noche previa no dormí, pensando en todo lo que dependía de mis puños. La mañana de la pelea tenía el estómago cerrado, así que ni pude desayunar. Ese día me hicieron un par de reportajes, inventaron para la televisión una imagen que en poco se me parecía, y entonces me fui para el estadio.

En el vestuario estábamos solos la Arruyo y yo. Recuerdo que, cuando salí para ring side, me dio un beso y empecé a escuchar los gritos de un público que me alentaba. El público, que de mi sólo sabía que era jujeño y por eso me alentaba, creía más en mi que yo mismo. Cuando salimos de los rincones, después de que el locutor dijera nuestros dos nombres, creí que me iba a matar a golpes.

Se me plantó con una sonrisa con la que sólo parecía agradecerme por servirle de víctima para poder continuar su carrera, y ahí supe que perdido por perdido, tenía que dar lo mejor de mi.
 

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