Es que la fama es puro cuento, dijo Juan José Ferreira Miranda. Eso mismo, dijo Isidoro Ducase, y esto de los Laberintos Humanos no son más que cuentos, así que la fama la sienta de maravillas. El tema es que, desde que estamos en un blog de la página web del diario, yo siento como que me andan mirando por la calle, dijo el peluquero.
Siento que sonríen sarcásticamente, agregó, y que comentan cosas feas de mi. ¿Todo eso siente?, quiso saber el mayor de los abuelos. Ni más ni menos, le respondió. ¿Y qué relación cree que tenga esa sensación con el blog?, le preguntó. Qué se yo, respondió el peluquero, pero estas cosas modernas me traen espina.
Vez pasada encontré a mi abuela Pancha en el facebook, dijo. ¿Su abuela?, preguntamos todos calculando la edad que podía tener la abuela de un hombre de más de setenta. Es que fue madre muy joven, dijo como si pudiera ayudar en algo.
La cosa es que me enojé, siguió el peluquero, porque la abuela Pancha ponía que era soltera cuando todos sabemos que es viuda. ¿Qué anda queriendo con semejante engaño? ¿Acaso busca conseguirse un novio a sus ciento y tantos años? ¿Y qué va a decir la gente?
Yo no sé qué dirá la gente, dijo Isidoro Ducase, pero anduve viendo la cuenta de tweeter de su abuela y es de lo más divertida: estoy saliendo a pastar la majada, dice. Después agrega: estoy hilando con la puishka mientras los corderos comen choloncas. Y hay que ver la de seguidores que tiene, agregó.
Y si, dijo el peluquero, es que usted no sabe el arrastre que tenía mi abuela cuando era moza.